Dulce y amarga amistad (05)
Fecha: 20/08/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... endureciéndose.
-Llévame a otro lugar, donde podamos estar a solas. –Cierta desilusión se reflejaba en su cara noble y de buen chico. Reaccionó rápido.
-Como tú quieras, vámonos de aquí. –Le seguí y me dejó en mi mesa para que recogiera mi bolsa. Me despedí de mis amigos, los que estaban sentados y sin pareja, ya algo aburridos.
Bajamos al aparcamiento subterráneo del local, el encargado le conocía y le entregó las llaves de su coche y una tarjeta para que la presentara a la salida. Le encontraba nervioso y como si estuviera impaciente.
-¿Vamos a un hotel? -Conducía muy rápido su coche deportivo, me preguntó dudando.
-¿Por qué no a tu apartamento?, resultará más íntimo. –No obtuve respuesta pero su sonrisa me indicó que había acertado y ese era su deseo. Estaba muy cercano al apartamento de mi tío que en breve sería mío, Román tenía el que le reglaran sus padres hacia dos años y a cuya inauguración me llevó Demian.
Fue entrar en su casa y cogerme muy fuerte de la cintura para comenzar con un beso que parecía no tendría fin, conseguí que dejara mi boca libre un momento.
-Tenemos toda la noche, dame algo para beber.
-Perdona, no resulto un buen anfitrión. –Cogidos de la cintura fuimos hasta la cocina y me senté sobre el mostrador esperando que preparara la bebida.
-Aún no he visto a Demian, ¿está bien? -Por el gesto que puso supe que no le agradaba hablar de mí…, ¿antiguo novio, amante, amigo? Y a pesar de todo esperé su respuesta.
-Está bien, yo ...
... diría que como hace unos meses cuando vino y quizá…, revivido, imaginando iniciar una nueva etapa en su vida. –Salté del mostrador y llegué hasta él para sujetarle la cintura por detrás y pegar la cara en su ancha y musculosa espalda.
-Perdona, es mejor no hablar de él. –Le quité el vaso que tenía preparado en la mano y bebí de él.
-¡Delicioso! -Sin esperarle me encaminé a la habitación que sabía era su dormitorio. Estaba igual a aquella noche de la inauguración como si dos años no hubieran pasado por ella.
Me quité los zapatos y me dejé caer en la cama inmensa después de dejar mi vaso sobre la mesita de noche.
Román me miraba de pié, con el borde del vaso en sus labios sin beber. Retorcí el cuerpo elevando las caderas para deslizar el pantalón de mi cintura sin desabrocharlo, y lo bajé hasta que el tanga transparente que me había puesto debajo fue apareciendo.
Entrecerré los ojos en un gesto lánguido mientras le sonreía con picardía incitándole.
-¿No quieres hacerlo tú? -mi tono era incitador y sensual y Román no dudó en dejar su vaso junto al mío y avanzar hasta colocarse arrodillado a mi lado.
-Tú no has cambiado, eres aquel diabólico niño de entonces, estuviste a punto de romper nuestra amistad.
-No hables, desnúdame, bésame, volvamos a aquel momento, y ahora sin interrupciones lo vamos a finalizar. –Me levanté para abrazarme a su cuello y busqué su boca caliente para sentirla abrasadora, ahora mejor que en aquella ocasión que solo me motivaba mi ...