1. Historia de amor de una hija con su padre 5


    Fecha: 14/04/2019, Categorías: Incesto Autor: Yessenoaec, Fuente: SexoSinTabues

    ... erecto en espera de su hembra dócil y sumisa lista a perder su virginidad, y de esa manera sellar este amor (y que hasta el día de hoy ningún otro hombre ha vuelto a tocar). Aunque él era el macho me tomo con mucha suavidad y ternura, y comenzó a besarme muy suavemente los labios, besos profundos, con lengua, muy húmedos un maravilloso intercambio de fluidos salivares con ese aliento viril maravilloso, mientras acariciaba mi rostro y mi cabello. Luego tomo mis senos, aunque tenía manos grandes de campesino no le alcanzaban para cubrir toda la masa mamaria que yo ya había desarrollado a esa edad, para ese momento yo ya era un mar mis flujos vaginales ya se chorreaban por mis piernas y el aroma de la habitación se volvía envolvente, me seguía besando y yo gemía insistentemente, mis pezones se quería reventar (solo volví a sentir algo así cuando empecé a darle de lactar a mi hijo), yo me estaba volviendo loca. Mi macho se puso de pie y me puso de rodillas para practicarle la tan deseada felación, pero me ordenó no hacerlo acabar porque quería dejarme toda la carga de semen acumulada en mi útero, y así lo hice lamiendo toda la extensión de esa monstruosidad que en pocos minutos iba a ser introducida en mi virgen vagina, una vez más me di a la labor de estimular la producción de semen lamiendo y chupando los testículos, para luego desplazarme a la sección anal para lamer es agujero y así poner a mi macho a punto. Hasta cuando mi marido ordenó que me detuviera, me ayudo a ...
    ... ponerme de pie ya que estaba arrodillada frente al macho. A continuación me recostó a filo de cama, y comenzó a lamer mi vagina que en lo absoluto necesitaba lubricación porque como les dije estaba chorreando tanto que los flujos llegaban a mis tobillos, pero mi marido quería saborearme quería oler y catar a su hembra, y por supuesto que estaba en su derecho porque él era mi macho, mi semental y yo era su yegua. Me dio lengua mientras yo me retorcía toda y gritaba como perra alunada, le rogaba de esta forma: “Ya papito por favor, ya no aguanto más, hazme tuya papito, tómame por completo, Papito!!!” Hasta que mi macho se compadeció de esta hembra desesperada, así mismo a filo de cama se colocó al frente mío con esa verga maravillosa de semental, y comenzó a acariciar mi clítoris y la entrada de mi vagina con su glande, y yo moría de desesperación, luego con la delicadeza fue abriendo los labios vaginales para despejar el canal e irse abriendo camino, avanzo un poco al interior hasta que se encontró con el himen, hasta ahí todo era gozo para mí. Entonces el macho preocupado de su hembra me dijo, va a ser doloroso hasta que logre entrar y que tú te adaptes, yo le dije no importa papito, lo quiero yaaaaaaa. Comenzó a aplicar presión contra el himen y efectivamente en la medida que iba presionando contra el himen el dolor comenzaba a presentarse y a aumentar su intensidad, yo me quejaba del dolor y mi padre quiso detenerse al verme sufrir, yo le dije que siga que era ahora o nunca, me ...