Sexo con Rosa Maria un viernes santo - Relatos Eróticos

Sexo con Rosa Maria un viernes santo

... lengua por mis huevos hasta la punta de mi verga, cuando besa mis huevos sigue masturbándome, ella chupa desesperada.

Ahora se pone cuatro, levanta el culo y recuesta su cabeza sobre la cama; yo meto mi verga y agarro sus nalgas, le pego unas cuantas nalgadas, y luego me inclino para apretar sus tetas, estoy aun sobre ella y empiezo a metérselo muy fuerte, saco mi verga por completo y se la meto fuerte, eso lo hago varias veces.

Luego ella quiere cambiar de posición y se acuesta, me dice que quiere mi verga en su boca y su concha en la mía, sus deseos son ordenes, nos acostamos en posición del 69, mi lengua se desquicia en su concha, mis dedos son cómplices en su culo y su concha, su humedad me enloquece; ella con s boca y sus manos entretienen mi verga que está a punto de darse por vencida expulsando su leche.

Es tal la excitación de ambos que, con mi lengua y dedos y ella con su boca y manos, sentimos que es hora de venirnos o corrernos, aun ahí acostados ella puede sentir como una descarga de semen se riega en su boca y parte de su cara y cuello; yo puedo sentir cómo su concha y se pelvis convulsionan también.

Ese fue el primer polvo, ella preparó una limonada, necesitábamos hidratarnos; conversamos por un breve momento; y ella empezó a tocar mi verga para que tomase de nuevo su poder follador; esta vez ella quería que lo hiciera suave, despacio, le hice caso mi verga estaba dentro de su concha, empecé a hacer movimientos circulares dentro de ella, luego la acosté boca abajo y puse una almohada bajo su pelvis; pude sentir su culito apretado mientras besaba su cuello. Esta vez me corrí sobre su espalda.

Viernes Santo, cómplice y testigo de una buena noche con mi amiga Rosa, cada año nos acordamos de lo que pasó esa noche; en ocasiones nos vemos, lo hacemos de nuevo, seguimos siendo muy buenos amigos.