1. Prohibido culear a las alumnas


    Fecha: 20/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    ... tamboreo de los corazones sintonizados. Es lo último que diré para que los tintes románticos no apacigüen la arrechera. Se oyó una risita de las otras chicas, y a continuación un tímido pero burlón - casi me tumban la cama – de Geral. - ábrase parcera – renegó María José. - ¿me abro, me la vas a chupar? – contestó la negra, ya burlándose sin timidez. - a ver – la retó maría José, y ahí sí levantó la mirada. Las otras dos estaban en calzones, manoseándose y chupándose las tetas en un sofá. Me encantaron las enormes y carnosas areolas de Geraldine. La chica se nos acercó, trayendo de la mano a Jessica. Se quitó los calzones y se paró junto a la cama, cerca de mi cabeza. Jessica se ubicó al otro extremo a manosear a maría José. Me acarició las bolas algunas veces, y, por lo que sentí en mi pene, aún dentro de la esponjosa vagina de María José; sé que Jessica estaba metiéndole el dedo en el culo. Pude ver la panochota ultra negra de Geraldine, con vello muy escaso y ese contraste altísimo entre el rojo literalmente vivo de su vagina y el negro invisible de sus vulvas. Estaba babosita. “¿Cómo será el paraíso?” me pregunté. “¿Podrá haber algo mejor que esto?”. Geraldine sacó hacia adelante la pelvis como si fuera un macho, poniéndole su concha al alcance de la lengua de María José, que, estirándose un poco, logró empezar a lamer. El sonido de los lametazos era pegajoso, viscoso. Geral gimoteaba agradecida. María José se emocionó y empezó a chupar. Jessica le daba dedo y a veces ...
    ... besos en el ano. - No es solo para ti – alegó Geral. Cambió de posición y puso su gloriosa concha en mi cara. Comí todo lo que pude, me tragué todo lo que le salió. Si entre las nalgas de María José había encontrado la gloria, en la chocha de Gerladine tenía el nirvana. Coño de negra… no, un momento, “coño de colegiala negra”, ahora sí… aroma y sabor concentrados al doble o más. Jessica sacó mi pene de entre la vagina de Majo y me lo empezó a mamar. Pero yo lo tenía exprimido y medio muerto. Faltaba un buen rato para que me recuperara. Ese culo orinado estaba esperándome. Pasaron los minutos y sutilmente habíamos cambiado de posición los cuatro, sin dejar de hacer lo mismo. María José y yo turnándonos para comerle el bizcocho a Geraldine, Y Jessica mamándomelo. Geraldine se volteó y nos dio culo. Recordé de repente un libro de Stephen Hawking. Había hecho tanto en una noche que no supe si acaso habría límites. Le pediría a Jessica que orinara en un vaso y me diera de beber, o que orinara en mi boca directamente ¿por qué no? ¡Qué rico! Se me volvió a empezar a parar. Uff, a culiar a Jessica…! Pero cuando ella empezó a montarme, las otras dos se lanzaron a impedirlo. - Shhhh… Jess-Jess-Jess, usted hoy no se mete nada por ahí – ordenó Geraldine - Ya le dijimos que no, mana – la secundó María José – además, Juanma es un caballero ¿cierto? – Me miró invitándome a la complicidad – usted no se va a comer una borrachita ¿cierto? Y tenía razón. - nosotras la atendemos, mamita rica – ...
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