1. Flavia, mi preceptora


    Fecha: 20/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: Gabriel351, Fuente: CuentoRelatos

    ... recorriese su vagina introduciéndose en ella desde la punta a la base, sus movimientos suaves y delicados se fueron acelerando lentamente, los gemidos los gritos de placer y de gozo comenzaron a hacerse continuos, mis manos sujetaban sus nalgas con firmeza y su voz entrecortada dijo:
    
    F- Quiero que acabemos juntos, quiero que juntos disfrutemos ese momento
    
    Entonces ella imprimió mayor velocidad a sus movimientos, su boca gemía constantemente, aferré con más fuerza sus nalgas, luego de unos segundos su boca gimió profundamente, su vagina comenzó a contraerse y un sinfín de orgasmos se apoderaron de su cuerpo al mismo tiempo que mi pene se contraía lanzando en su interior interminables torrentes de cálido semen, su cuerpo se movía lentamente como quien desea atrapar cada gota lanzada, nos besamos con desesperación, mi lengua recorría su boca, nos quedamos así besándonos disfrutándonos durante varios minutos. Luego se separó de mi cuerpo y dijo:
    
    F- Lo mejor que hice fue aceptar que me gustabas, que quería estar con vos, que quería ser tuya y gozar en tus brazos… te amo.
    
    G- yo también te amo, y este momento será ...
    ... inolvidable en nuestras vidas, te amo, te deseo y si este es un sueño no quiero despertar jamás.
    
    F- Por suerte no es un sueño, te amo, sos lo mejor que me pasó en la vida.
    
    Luego gozarnos nos fuimos a almorzar, ella se sentó sobre mí y en medio de besos caricias y abrazos, no dimos de comer uno a otro, por la tarde volvimos a tener sexo varias veces, y en complicidad con un amigo dije que pasaba el fin de semana en su casa cuando lo pasé con Flavia. Ese fin de semana fue inolvidable, mucho más cuando esa noche fue mía por completo, fue cuando en medio de un torrente pasional, me ofreció su cola.
    
    Ella fue mi preceptora de lunes a viernes disimulando lo que vivíamos fuera del ámbito escolar y durante ocho meses fue mi novia, mi esposa, mi amante y cada encuentro lo vivimos tan pleno de pasión como este.
    
    Lo nuestro finalizó cuando sentimos que la pasión y el deseo ya no eran lo mismo. Flavia y mi madre se hicieron amigas, razón por la cual ella y yo no veíamos varias veces. Y ese vernos hizo que la llama del deseo no se agotase, así que a pesar de tener otras parejas siempre revivimos esos instantes de pasión. 
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