1. Historia de un descubrimiento


    Fecha: 21/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Sexo con Maduras Lesbianas Autor: carmen_garc, Fuente: xHamster

    ... El resultado era impresionante. La imagen dura y sexual que devolvió mi espejo me excitó aún más. Tenía prisa. Guardé todo el material en una bolsa y me dirigí de nuevo al hotel. Por el camino me asaltó un temor. ¿Y si te hubieras soltado y me hubieras denunciado? En ese momento tuve miedo. De todas formas algo me atraía hacia ti. Decidí entrar en el hotel por el garaje para evitar miradas indiscretas. Los pasillos estaban tranquilos. Me acerqué a la puerta de la habitación y escuché. No se oía nada. Decidí correr el riesgo, el morbo era superior a mi miedo. Abrí la puerta con lentitud y entré. Todo estaba tranquilo. Te observé. Estabas espléndida. Lo acompasado de tu respiración me decía que estabas tranquila. Eso me tranquilizó también a mí.Hola zorrita, ya estoy de vuelta, ¿me has echado de menos?La agitación de tu pecho me gustó, volvías a estar alerta.Me tomé mi tiempo para vestirme. Quería impresionarte cuando quitara la venda de tus ojos. Ajusté bien el corsé, las medias, las botas y la falda. Estaba guapa, sí señora, mi ego me decía que lo estaba. Tomé una de las fustas y un collar de perro y fui hacia ti. Me senté a tu lado.Muy bien puta, ha llegado la hora de dejar claras las cosas. A ti te gusta mandar, ponerte por encima de los demás, ¿cierto?Afirmaste con un movimiento de cabeza.Bien. Pues eso no me incluye. Esta mañana lo has intentado pero sé que has descubierto que conmigo es mejor ponerte al otro lado. Esta mañana has descubierto que te gusta estar al otro ...
    ... lado, ¿es así?Volviste a afirmar.Vas a ser mi sumisa, te vas a entregar a mí, dejarás tu mundo y entrarás en el mío, en un mundo en el que yo seré el centro. Tu entrega será total e incondicional. Aceptarás mis recompensas o mis castigos ya sean justos o caprichosos. Cuando tengas dudas yo seré tu guía y obedecerás sin dudarlo.Quité tu mordaza y te desaté. Quedaste inmóvil sin saber muy bien que hacer. Te arrojé unas medias y los zapatos que había comprado.Ese será tu uniforme cuando estés conmigo. Dúchate, perfúmate y vuelve a mí. Tienes cinco minutos.Saliste corriendo hacia el baño sin decir nada. Oí como corría el agua. Mientras tanto puse dos recipientes en el suelo con la comida y un poco de agua y esperé. Antes de que hubieran transcurrido los cinco minutos te vi aparecer. Estabas maravillosa, tu cuerpo era joven y bien proporcionado, los tacones y las medias te daban un aire a la vez sexy y vulgar, pero de una vulgaridad morbosa, el pelo aún húmedo te lo habías recogido en una coleta. Te quedaste a la puerta del baño sin saber que hacer con la mirada hacia el suelo. Me levanté y fui hacia ti, levanté tu barbilla con la fusta y te besé. En aquel beso había algo que nunca había sentido antes. Creo que fue el primer beso de amor que conocí, de amor entregado y de amor recibido. Nos habíamos conocido pocas horas antes pero habíamos descubierto ya que éramos dos partes del mismo elemento, dos partes que necesitaban la una de la otra para su existencia. Ambas lo comprendimos ...
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