Historia de un descubrimiento
Fecha: 21/04/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Sexo con Maduras
Lesbianas
Autor: carmen_garc, Fuente: xHamster
... en aquel momento, con aquel beso. Coloqué el collar alrededor de tu cuello y sujeté a él la correa. Te llevé hacia los recipientes con la comida. Un pequeño tirón y te arrodillaste. Sabías lo que quería. Te pusiste a cuatro patas y comenzaste a comer y a beber como un perro. Me senté para observarte. Sentí vértigo, miedo de mi misma. Era dueña y señora de un ser humano. Sabía que a partir de aquel momento me pertenecías, eras un instrumento de mi voluntad. No podía apartar mis ojos de tu cuerpo. Terminaste tu almuerzo y me miraste satisfecha.Bien perrita, agradece a tu Ama el almuerzo que te ha proporcionado.Te acercaste gateando y te tumbaste a mis pies. Tu lengua comenzó a pasearse por el cuero de mis botas, lamiste cada centímetro hasta meterte el tacón y chuparlo como si fuera una polla a punto de reventar. Subiste por mis piernas, mis caderas y tomaste posesión de mis pechos. A esas alturas mis pezones ya estaban duros pero agradecieron tus caricias.No podía creer las sensaciones que me producían tus besos en mis tetas. Deseé que aquello no terminase nunca. Tu lengua enloquecida rodeaba cada pezón alternativamente. Eras toda sensualidad y me extasiaba despertar tu pasión. Era la primera vez que una mujer se desesperaba por comer mis pechos. Tu imagen tratando de meterte cada seno en la boca me excitaba. Chupabas cada seno con desesperación, tratando de devorar esa redondez, tu lengua no se detenía, recorría cada teta con pasión desenfrenada. Te arrodillaste entre mis ...
... piernas acariciándolas con devoción. Me recosté un poco en el sofá y las abrí aún más. Acariciaste mis muslos abiertos. Cuando te acercaste a mi sexo creí desfallecer. Posaste una mano en él pudiste sentir la humedad y el exquisito olor. Tus ojos se posaron hipnotizados en cueva rosada, abierta y jugosa. Tu lengua afloró como un a****l al que no pudieras controlar, se enterró en mi coño y empezó a moverse como una serpiente. Besaste, chupaste, lamiste como la perra en que te habías convertido. Metías la lengua y hundías tu rostro en aquellos labios abiertos que parecían retenerte con algún hechizo. Olías y succionabas con avidez, como si quisieras comerme, como si quisieras a apropiarte de mi alma a través de mi sexo. Tu lengua no se detenía, entraba y salía, subía y bajaba. Mis manos se habían apoderado de mis pechos y los apretaban, los acariciaban, duros, ansiosos.. Sujeté tu cabeza con violencia, enterrándola lo mas profundamente que pude. Tu saliva y mis jugos formaban una pátina que brillaba sobre la piel. No quería que pararas y no era necesario decírtelo. Tu lengua era incansable. Mi cuerpo empezó a moverse sin control, agitado por descargas desconocidas, corrientes que nacían en mi vulva y se desparramaban por todo mi cuerpo haciendo que mis músculos se agitaran sin control. Me estremecí, gemí, grité. Mi cerebro estalló, mi cuerpo se abandonó y un sonido a****l y salvaje, nacido en lo más profundo de mis entrañas, afloró en mi garganta en el momento en el que el orgasmo ...