1. Las vacaciones de mi hijo en casa de su abuela -2-


    Fecha: 27/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: Manuela, Fuente: CuentoRelatos

    ... aburrimos, tu que eres joven ¿conoces algún juego que se haga en la piscina?
    
    —¿Un juego? Bueno, se puede jugar con una pelota, pero no hay. También está el Marco Polo, el juego al que jugamos ayer, como el escondite, pero en el agua y con los ojos cerrados.
    
    —¡Ah sí!! ¡Se me olvidaba ese juego! Bueno pues jugamos a ese entonces, ¿quién quiere empezar?
    
    Nadie respondía, los dos estaban cortados por la timidez, así que mi madre tomó la iniciativa y dijo:
    
    —Bueno, está bien empiezo a contar yo, voy a cerrar los ojos.
    
    Así pues, mi hijo y Pili se pusieron cada uno en una esquina de la piscina y esperaron a que mi madre los encontrara. La primera persona a la que tocó mi madre fue mi hijo Dani, así que esa vez le tocaría a él. Cerró los ojos y se dispuso a buscar a las dos mujeres, lo primero que toco fue un brazo, luego siguió por el brazo hasta llegar a los pechos y casi sin querer los tocó, ahí le parecieron pequeños así que ya sabía que no era su abuela, sino que era Pili la vecina. Al saber que estaba tocando los pechos de Pili por primera vez, mi hijo empezó a tener una erección y esos 18cm pronto se convirtieron en 26. Pili no se dio cuenta de la erección, pero era su turno de cerrar los ojos y así lo hizo para empezar a buscar a cualquiera de los dos, iba por el agua poco a poco con miedo de chocar con el borde de la piscina cuando sintió algo duro chocando contra su barriga.
    
    —Jajaja Concha no vale tocar, te tengo que tocar yo a ti no tú a mí que si no es ...
    ... muy fácil. Dijo agarrando lo que pensó que era un brazo, pero al ver que era mucho más fino que un brazo abrió los ojos y se encontró con el pene de mi hijo en las manos. ¡Uy perdona hijo no sabía que eras tú!
    
    —Eeeeh no pasa nada es el juego.
    
    —Dani te propongo una cosa —interrumpió mi madre— Pero vamos dentro así lo hablamos tranquilamente.
    
    Entraron dentro de la casa y mi madre continuó:
    
    —¿Te gustó el regalo que te hice ayer? —Dijo refiriéndose al anal.
    
    —Ehhh claro que me gustó —dijo mi hijo ruborizado.
    
    —Bueno pues entonces te propongo volver a hacerlo esta noche si antes le enseñas a Pili lo que es una buena polla.
    
    —Pero abuela yo… esto… no sé igual ella no quiere.
    
    —Ella se muere de ganas de hacerlo ¿verdad Pili?
    
    —Mujer no me digas esas cosas delante del chico que me ruborizo.
    
    —Lo ves, ella también quiere, así que si no te importa ayuda a Pili a calmar ese apetito que tiene.
    
    Al ver que ninguno se movía una vez más mi madre volvió a tomar la iniciativa:
    
    —Mira Pili ven conmigo, esto se hace así, mira —dijo poniéndose de rodillas y empezando a lamer el mástil de mi hijo.
    
    Pili dejó de lado el miedo y la vergüenza y se arrodilló y empezó a hacerle una buena mamada a mi hijo.
    
    —Vamos a la cama que estaremos más cómodos.
    
    Ya en la cama y con mi hijo tumbado, Pili seguía haciéndole una mamada, mientras mi madre se sentó en su cara. Después de varios minutos de sexo oral Pili dijo:
    
    —Esto es genial pero no me entra ni la mitad por la boca ...