1. Alicia 09/25


    Fecha: 28/04/2019, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... palabras. Antes de sentarse parecía que sus ojos estaban en comunicación con los de mi nena, a éstos no podía verlos ya que ella estaba a mi espalda con sus manos juguetonas haciéndome de todo, pero brillos de picardía me hacían entender que algo pasaba allí. Como no queriendo la cosa, mi bebita le dijo que su silla preferida era aquel regazo, mis piernas apenas cubiertas con un shorcito temblaban ante la confesión pero mi adorada criatura le dijo que por hoy le prestaría el lugar, que pruebe ese asiento con sorpresas. Me extrañó esa mención de "sorpresas", tal vez se refería a las carnes que se despertaban debajo del trasero visitante, tal vez se refería a los brazos que aseguraban la estabilidad, que más que asegurar apretaban las zonas importantes. El tema es que Mary se sentó con toda tranquilidad en mi falda, como probando ese asiento calentito y el confort de unos pelitos rozando sus descubiertas piernas. Esos vellos haciendo cosquillas en su piel parece que le gustaban, movía su cuerpo para buscar diferentes puntos de contacto y con eso también movía su trasero sobre mi atormentada carne. Esa posición me brindaba el espectáculo de sus pechitos, desde arriba podía ver absolutamente todo exceptuando los pezoncitos que parecían enterrarse en la tela. Las risitas que se desgranaban en mi oreja eran indicadores de que mi beba tenía la misma perspectiva, que le excitaba la situación al punto que sus dientitos casi me hacían doler mientras ella jugaba a mordisquear mi ...
    ... nuca. Medio displicente, con una voz que no denotaba mi estado, le pregunté a Mary si estaba cómoda, que tal vez preferiría una silla. Me dijo, (o confesó dado su tono de voz), que en casa aveces usaba un asiento parecido, que desayunar con su primo no era tan diferente, o que tal vez las pequeñas diferencias consistían en las manos masculinas que la sostenían apretando sus pechitos. Emití un sonido que debió sonar dubitativo, ya que procedió a explicarme tomando mi mano y colocándola sobre un bultito. No podía estar sosteniendo una tostada con la otra mano y soltándola raudamente completé la imagen de las dos cubriendo esa zona, más que sosteniendo debía hacer presión y masajear aquellas tetitas, creo que imaginaba que así serían los bultitos de mi pequeña cuando el tiempo hiciese de las suyas. Esas imaginaciones hacían crecer durezas debajo de la cola de Mary, durezas que cambiaban de forma y que ella amoldaba a sus carnes, parecía saber lo que estaba ocurriendo al mover despacito sus caderas para que aquello se aloje cómodamente en su valle posterior. Para distender un poco el ambiente le pedí que cuente cosas de ella, de cómo era su vida de más chiquita, si era feliz con todo. Ella describía vivencias cotidianas de una nenita, o no tan cotidianas cuando rememoraba los juegos con su primito. Parece que jugar con muñecas no era muy divertido para el varoncito pero no le quedaba más remedio, tomaba una que representaba un esposo y hacía cosas con la esposa que era sostenida y ...
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