Diario de un padre I (Sthefanía)
Fecha: 01/05/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: xverzo, Fuente: RelatosEróticos
... me duele, es el solo susto, Don Nicolás. -replicaba-
-Vamos, que si te sale una marca luego vienen tus padres y no quisiera más visitas por hoy.
En eso entró Laurita un tanto preocupada.
-¿Pasó algo?
-No, amor, termina el almuerzo, que esta amiga nuestra parece aún no aprender a caminar. Vamos a ponerle algo en la espalda y a ver que tiene. ¿Vale?
-¿Hacer comida? Aaahs! Pero no te quejes luego. Sthefani, que tonta que eres. Le dije como mil veces que no entrara corriendo. ¿Ya ves lo que pasa por no hacer caso a la dueña de casa? jajajaja...
Y enseguida subimos al cuarto. Mi cuarto está en la planta de arriba, al final de pasillo. Por lo que tenía que estar atento a si el almuerzo estaba preparado. Le dije a Sthefanía que se acostara boca abajo mientras yo buscaba en las gavetas algo que sirviera, un mentol o algo.
Cuando voltee a verla, me di cuenta de que se estaba quedando dormida y esa curiosidad y gusto que antes sentía, volvieron a perderme, enseguida supe que era una oportunidad para hacerla mía. Le dije que iba a buscar la crema a otro cuarto, que esperara allí. Bajé a la cocina a despistar a Laurita.
-Amor, Sthefanía se ha quedado dormida. Yo voy a darme una ducha, cuando vuelva quiero comida lista ¿eh?
-Pero, ¡Papá...!
-Nada, así aprendes algo antes de irte. Luego me lo agradecerás. -Y le asenté un beso en la frente-
Volví enseguida al cuarto y como lo esperaba, Sthefanía ya estaba bien dormidita. Salí al baño para abrir la llave de ...
... la regadera y volví al cuarto y cerré con llave. Y me senté a su lado. Puse mis manos sobre su espalda y al ver que no despertaba, bajé mis manos hasta su short y lo baje sin mucho reparo, comprobando que tenía debajo solo un hijo naranja. Bajé su short hasta las rodillas y girando mi cabeza, le lancé a besar aquellas nalgas sustanciosas. Ya yo no era dueño de mí, en ese momento sentí el deseo de poseerla a cualquier costo. Mi lengua se paseó por la raja de sus nalgas unas 10 veces antes de quitarle su hilo. Y mientras lo hacía, mi "sorpresa" fue que ella había despertado y me miraba con fuerte asombro. Terminé de halar su hilo que salió junto con su short.
-Don Nico, ¿Qué hace?
-Esto. -dije antes de agarrarla de sus mejillas y besarla-
Al principio, entre el susto y el despertar, me acepto el beso, mi lengua no encontró resistencia pero cuando mis manos soltaron su sostén...
-¡No! Esto no está bien. ¡Pare!
-De cualquier forma lo haremos. Si quieres, lo disfrutarás, y si no, lo disfrutarás aún más.
Y rápido bajé mi mano a su conchita, sobándosela mientras ella cerró las piernas y me tomó del brazo. Inútilmente hacía fuerza mientras mis dedos comenzaban a sentir la humedad de su conchita. Le besaba el cuello al tiempo que ella susurraba entrecortada que estaba mal, que la dejara, sin embargo, no era lo que su cuerpo quería. La agarre de sus mejillas y mirando sus ojitos le dije:
-Sthefani, me gustas desde que entraste a mi casa, tu cuerpo, tus labios, tus ...