1. El Comienzo (II Parte)


    Fecha: 22/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Nando69x, Fuente: SexoSinTabues

    ... su manito se movía suavemente sobre su pequeño pene que ya lo tenía durísimo. Se veía hermosamente largo y un poco grueso para su edad, blanquito y con un glande rosadito, tierno y apetitoso para ser chupado… por mi… ¡Dios! Aquello era demasiado hermoso. Ya a ese punto mi cuerpo, mi mente y mi alma se encontraban muy arrechos, ardían del deseo. Mi respiración se encontraba disparada al igual que mi corazón, automáticamente llevé mi mano al bulto que ya se me había hecho piedra en la entrepierna y con fuerza me lo apreté, también jalándomela porque deseaba darle un alivio. ¡Dios! También la tenía dura, muy dura y todo por ver a mi hijo masturbándose con ganas. Entonces descubrí que verlo así me dominaba, me excitaba, me llenaba de morbo y como toda mi vida le había dado rienda suelta a mi lujuria; entonces decidí que con mi hijo no iba a ser diferente. Era su padre, sí, pero simplemente lo complacería como siempre lo he hecho. Así que me incliné y posé mis manos suavemente sobre sus pequeños y delgados hombros, haciéndolo saltar del susto y que detuviera bruscamente los movimientos de su mano. — ¡Shsss! No te asuste, hijo —le susurré al oído con voz excitada al ver que él levantó su carita asombrada para mirarme— ¿Quieres que te toque? —Le pregunté y él afirmó moviendo la cabecita— ¿Quieres que te lo chupe de nuevo? —lo vi tragar y afirmar de nuevo rápidamente. Sonreí al darme cuenta que en serio mi hijo quería cogerme la boca… y que yo también estaba deseando enormemente ...
    ... volver a repetir esa experiencia—. Bien, entonces sigue tocándote… quiero verte… quiero ver lo que has aprendido de todo lo que te enseñé. Santy volvió a retomar lo que estaba haciendo y con rapidez comenzó a mover su manito. Él se veía excitado porque respiraba entrecortado y eso me puso más cachondo, más deseoso de querer hacer que experimentara más cosas… conmigo. Sí, ahora dentro de mí dominaba el deseo y la lujuria. Yo estaba deseando inmensamente tocarlo, probarlo de nuevo, tener su pequeño polla en mi boca, paladearlo, lamerlo, chuparlo… quería hacerle una felación tan descomunal a mi hijo que deseaba con locura tragarme toda su lluvia dorada de nuevo. Entonces, despacio y muy lentamente pasé por encima del mueble y me situé de rodillas frente a él. Lo miré fijamente a los ojos y sonriéndole le dije: —Voy a cumplir tu deseo —vi como sus finos labios se ensancharon en una pícara sonrisa y sus ojitos brillaron de emoción, así como también se iluminaron por el deseo, eso me encendió aún más. Entonces puse mis dedos índices en la goma del bóxer y despacio comencé a bajárselo mientras le hablaba—, pero debes prometerme que esto seguirá siendo nuestro secreto. Que nadie sabrá nada de lo que aquí hacemos tu y yo. —Te dije que no se lo diré a nadie, papá —me dijo mi hijo con voz ronca, mirándome fijamente a los ojos y yo pude ver en esos hermosos cielos el fulgurante deseo que en él se iniciaba. Yo asentí terminando de bajarle por completo el bóxer. Su pequeño pene saltó como una ...
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