1. El Comienzo (II Parte)


    Fecha: 22/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Nando69x, Fuente: SexoSinTabues

    ... comencé a fantasear de una manera muy morbosa con mi propio hijo. ¡Dios! Esto era una locura. Me dije apretándome con fuerzas el bulto que ya se veía como carpa debajo de mi bóxer. ¿No podía creer que estaba excitado con todo esto? ¿Mi propio hijo no podía estar haciendo que mi cuerpo lo deseara? ¡Eso estaba mal! ¡Era una maldita locura! Me recriminé sintiéndome culpable de la puta erección que ahora tenía… Sin embargo, recordé a Aldo, un amigo de la universidad y de los pocos que conservo desde entonces. Al igual que yo, Aldo era bisexual y junto a su hermano que si era gay, nos montábamos siempre unos tríos del carajo. Cuando quise saber por qué se cogían ambos, mi amigo me contó que su padre fue el que los había incitado a compartirse desde pequeños, creando una relación de incesto entre los tres; sin embargo, los dos siempre me contaban que la relación de ellos se hizo más fuerte desde que eso sucedió. De hecho, a mí me encantaba la manera como los tres se trataban. Entonces, mi mente al recordar esa relación de incesto que viví muy de cerca, comencé a sopesar esa idea. Si el padre de mi amigo Aldo, había tocado y hasta se había cogido a sus propios hijos desde que estos eran unos niños y ellos jamás lo vieron como un monstruo o tomaron aquella acción como algo aberrante, más al contrario, fortaleció aún más su relación de padre e hijos; entonces eso quería decir que yo podía complacer en su deseo a mi hijo sin ningún problema. Entonces en ese momento entendí que no ...
    ... había nada de malo en el deseo de mi hijo en la complacencia que yo le quería hacer. Simplemente estaba siguiendo el mismo patrón que todo buen padre hace, cumpliría el deseo de mi propio hijo. No me lo iba a coger, porque primero: eso no estaba en mi mente, aparte de que él era mi hijo, segundo Santy aún era un niño que no tenía definida su orientación sexual y tercero, Santiago simplemente había dicho que solo le había “gustado lo que sintió”, eso quería decir que simplemente él lo que quería era experimentar. Así que con esa nueva convicción me acerqué a la puerta, pero al llegar al umbral mis pasos se detuvieron en seco, quedándome clavado en el piso al ver lo que mi hijo hacía. Santy tenía la manito dentro de su bóxer y se estaba pajeando. Aquella visión fue como si un cable eléctrico hubiese chocado contra mi cuerpo. Todo mi ser convulsionó haciendo que mi mente quedara en blanco y un deseo gigantesco se despertó dentro de mí. Tenía que admitir que definitivamente yo también estaba deseando lo mismo que mi hijo… En lo más profundo de mi mente y de mi cuerpo, deseaba con lujuria meter su pequeño pene en mi boca y volver a sentir su sabor. Así que abandonándome a esa calentura que estaba explotando en mi interior, sin cuestionarme más y sin darle más vuelta al asunto, me acerqué lentamente hasta pararme detrás del sofá donde mi hijo se encontraba sentado, mirando el televisor pero no viendo nada, porque se hallaba muy distraído jalándose la polla. Desde arriba podía ver como ...
«12...456...9»