Le fui infiel a mi novio y lo gocé
Fecha: 04/05/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: carmenmosqueda, Fuente: RelatosEróticos
... medio acomodar mi pelo y que no diera la sensación de estar recién bañado.
Bajamos al coche y ahí me fui maquillando. Durante la primera parte del trayecto (por Insurgentes) fui insistiéndole que no podía contarle nada de esto a nadie.
—No te preocupes, seré discreto con una sola condición.
—No empieces, Daniel. ¿Ahora qué quieres?
—Algofácil, que me la chupes ahorita mientras llegamos a la escuela. Eso es todo. Puede ser la última vez que lo hagas así que te conviene.
Se había venido dentro de mí unos 40 minutos antes, así que seguramente habría recobrado fuerzas para volver a levantar su miembro.
En un semáforo, se quitó el cinturón y procedió igual que horas antes cuando se la chupé por primera vez. Era extraño pero el cogidón que me propinó en el departamento me tenía todavía caliente y fuera de un par de miradas “de enojo” accedí a su pedido.
—Me avisas un poco antes de llegar, en la entrada del estacionamiento hay vigilancia y no quiero ningún problema, ¿me lo prometes?
Apenas acabé de decirlo cuando me llevé a la boca otra vez la bonita verga que tanto placer me había dado. Él ni se inmutó en contestar mi pregunta. Apagó el radio seguramente para escuchar sólo el sonido que salía que mi boca probando su virilidad.
No fueron más de unos 15 minutos que duró el trayecto y mi felación.
—Ya vamos a llegar, párate. Ahorita que pasemos la entrada, puedes continuar— me dijo mi Dani.
Me la saqué y me reincorporé. Daniel se subió el ...
... pantalón.
Casi por instinto lo primero que hice fue mirarme en el espejo del copiloto y verificar que nada raro me pudiera delatar. Fuera de mi labial casi desaparecido, todo seguía bien.
Daniel le mostró al policía de la entrada su credencial para que pudiera ingresar el coche. El reloj electrónico de la caseta del vigilante marcaba las 20:20 horas. Me quedaban 40 minutos para seguir probando “mi dulce” si las condiciones lo permitían. Pero mi príncipe, al parecer, tenía otros planes.
Apenas dejamos unos metros atrás la caseta y fui yo la que solita volvió a bajarse a su delicioso vicio.
—Hey, jajaja, agresiva te has vuelto— me dijo Daniel.
Estaba claro que esa verga me tenía vuelta loca. Estaba agachada así que nadie podía verme, además viernes y a esa hora las personas que aún estaban en la universidad eran muy pocas, las que estaban en el estacionamiento eran menos todavía. Daniel condujo hasta la parte más alejada de la entrada, donde prácticamente sólo alumbraban las luces del coche.
—Vi la hora, príncipe, todavía puedo disfrutar un poco— alcancé a decirle en una breve pausa de mi chupada.
Daniel otra vez no dijo nada, estacionó el coche y apagó las luces. Proseguí en mi labor unos 5 minutos más hasta que sorpresivamente me ordenó:
—Carmen, pásate para atrás, rápido.
Ni pío dije, pensé que atrás estaríamos más cómodos, me bajé del coche y luego volví a ingresar pero por la puerta de atrás. Él hizo lo mismo pero del otro lado. Durante el corto tiempo que ...