Visitas a mi vecino (El partido)
Fecha: 23/08/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... se les escapaba…
… y, tampoco, se le escapaba, que estaban esperándole para follar con él.
Se quitó las deportivas, y las dejó debajo de una silla...
… luego, se bajó la bragueta, y se desabrochó los vaqueros. Los abrió, lo suficiente, como para que se viera bien esa pelambrera... y, se quitó la camisa de cuadros que tan bien le sentaba. Y luego, se quedó mirándolos…
- ¡Ven!, sientate aquí, le dijo Diego; indicándole un hueco que le habían hecho entre los dos…
Ariel, iba pillando onda...
… y alucinaba con el cuerpazo de Rafa. Además, sin saber porqué, le había caído de puta madre. Le gustaba su rostro... y, esos ojos, eran de buena persona.
Se sentó entre los dos, y enseguida sintió la mano de Diego, que empezó a meterle mano por la bragueta...
Le agarró el rabo y se inclinó para comérselo.
- ¡Uffff!, que pedazo…
Luego hizo intención de querer meterle la mano debajo de los huevos, para acariciarle el ojete... pero, dada la posición, resultaba un poco incómodo; así que, optó por subirla hacia arriba y meterla bajo la camiseta para acariciarle el pecho y pellizcarle las tetillas.
Rafa se retrepó un poco, para que pudieran quitarle los pantalones...
Pero, Ariel, todavía no se atrevía a tocarle…
Y, se dio cuenta.
Le sonrió amigablemente; y acercándose a él, le besó con mucha dulzura.
- ¡Mmmm!, que tío mas tierno, pensó Ariel… y ¡como besa!, el cabrón.
Le encantó esa pequeña introducción...
Diego, necesitaba ver ese culo e ...
... hincarle el diente, ya mismo… así que aprovechó la nueva posición, para tirar de los pantalones y quitárselos.
Cuando Rafa se quedó con el culo al aire
Ariel, exclamó:
- ¡Madre mía!, ¡que cosa!
Acababa de entender porque Diego había quedado con él. Los bajos de Rafa era dignos de admiración.
- ¡Que lujo!, pensó...
Le colocaron de lado, y Ariel a un lado, comiéndole la polla y Diego al otro, dándole lengua en el culo, comenzaron a trabajarse al Rafa, que abriendo las piernas y levantándolas, ofrecía una vista absolutamente irreverente.
Y así, le tuvieron un buen rato; hasta que Rafa sintió la necesidad de empezar a follárselos.
El segundo tiempo avanzaba y Rafa no podía evitar mirar ese reloj de pared. Así que, dándole la mano a Diego para que se levantara, le puso mirando Cuenca, cabalgando al trote.
Ariel, se quedó mirando los zambombazos que le pegaba, mientras se metía el dedo en el culo, con las piernas en alto, sentado en el sillón de al lado. Disfrutaba viendo ese culazo.
- ¡Pffff!...¡que bueno está el cabrón!
De repente, Rafa soltó a Diego y le ofreció la mano a él.
Miró ese cipote, inhiesto... y se arrodilló a comérselo con muchas ganas. Rafa, lo mantenía cogido por cabeza para que se la tragara hasta el fondo; y cuando vio que ya tenía abundante saliva en el rabo, se la sacó de la boca y empezó a metérsela con cuidado.
- ¿Te gusta?
- ¡Me encanta!, tío.
- Pues aprovecha, que te voy a poner bien.
Empezó con mucha suavidad; y ...