1. Cogiendo con mi hijo 2


    Fecha: 23/08/2017, Categorías: Incesto Autor: josefina, Fuente: RelatosEróticos

    ... hombre fuera de vos, es Pablo, y es nuestro hijo.
    
    - Mientras no te lo hayas cogido a él -comentó en broma, pero en mi ya se había disparado el deseo de que lo sepa, y de ver cómo reaccionaría. Mi meta a estas alturas ya era tenerlos a los dos al mismo tiempo, a padre e hijo cogiéndome a morir.
    
    - ¿Y qué si lo hubiera cogido? El nene está grande y parece que viene dotado como su papá, jajajajaja –le dije gesticulando picardía con la cara, pero dándole a entender que eso era un chiste morboso. Lo que contestó me sorprendió, no lo podía creer.
    
    - Por mí todo bien -dijo haciéndose el interesante-, mirá que ratoneo me hago: la madre cogiendo con el hijo. Digno de verse.
    
    - ¿Me hablás en serio o me estás jodiendo? Es mi hijo, ¿cómo se te ocurre? –argumenté haciéndome la ofendida pero ansiosa por ver hasta dónde llegaba esto.
    
    - No sé que decirte. En todo este tiempo me sentía muy celoso porque pudiste haber salido con alguien. Me daba por las pelotas imaginarte con otro tipo. Y de repente pensé en Pablito pero no sentí lo mismo, fue como una tranquilidad. Sé que es una boludez, no te vas a encamar con nuestro hijo, pero si lo hicieras, no lo vería mal, no lo sentiría como un engaño...
    
    No podía creerlo. Por mis hijos lo juro. Ahí estaba el padre de Pablo diciendo que no tenía dramas en que él y yo cogiéramos, así que lo interrumpí con una explosión confesionaria. Lo que siguió fue una charla más o menos así:
    
    - Tengo que decirte la verdad porque este es el momento ...
    ... sino nunca podré hacerlo. Hace meses que con Pablo tenemos sexo. Tomálo mal o bien, amáme u odiame, pero te soy sincera... Se dio así y la verdad que por más mal que me sienta de estar en la cama con mi hijo, cuando lo hacemos lo disfruto. Denunciame, matáme, dame una patada en el orto y mandáme a la calle, esto es lo que es...
    
    Se quedó helado mirándome, quedó con la boca abierta y se lo notaba temblar. Yo por una vergüenza verdadera, no podía confesarlo mirándolo a los ojos directamente. Sólo lo miraba de a momentos. Continué.
    
    - Gustavo, yo te amo y no hay nada más en el mundo que quiera que vuelvas a casa y en ese momento exacto estamos, o estábamos hasta que te enteraste de esto. No estoy feliz como madre con lo que hago, pero sí como mujer que en este tiempo necesito un hombre al lado en forma permanente. Depende de vos ahora el futuro de nuestra familia y el mío en particular...
    
    - Calláte –me interrumpió con seriedad y gesto adusto-. Esto es un baldazo de agua fría, una completa sorpresa. No se que decir. Lo cierto es que no me siento traicionado, como te decía recién. Pero bueno, es... no sé... que quilombo... Y Sofía sabe de esto?
    
    - No, nada de nada por suerte.
    
    - ¿Y qué pensar hacer?
    
    - No sé amor –le contesté con los ojos lagrimosos-, la verdad que no sé. Si volvés a casa hablamos los tres y tratamos de dejar todo como estaba hasta que nos separamos. O seguimos los tres, como prefieras. Yo no quiero ni perder a Pablo como hijo, ni como amante, ni a vos ...