1. Mi querida alumna


    Fecha: 11/05/2019, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Esto que les cuento me sucedió hace unos meses. No tenía trabajo y sí muchos gastos por la universidad. Me costaba mucho acudir a mis clases porque no tenía dinero, así que empecé a buscarlo, encontrando una oportunidad de empleo como profesor en una escuela preparatoria. Inmediatamente obtuve el trabajo y me preparé para dar mi primera clase ese día. Estaba algo nervioso, pero afortunadamente todo salió bien.
    
    Así pasaron los días y tenía más confianza con mis alumnos. A los hombres les contaba algunas cosas y con las chicas también llevaba buena relación, pero siempre respetuosamente, pues no quería que pensaran que quería aprovecharme de ellas.
    
    Noté que siempre me miraban todas y, a veces, se reían conmigo. No soy muy guapo, pero mido 1.80 y por el ejercicio que hago tengo un buen físico, aparte que siempre voy bastante bien vestido. Pero yo no daba pie a que se malentendieran las cosas, pues no quería perder mi empleo, además ninguna me llamaba la atención. Hasta que un día, estando en otra clase, vi pasar a Blanca, una de mis alumnas, vistiendo una minifalda bastante corta y una blusa bastante ajustada; me saludó y se fue por el pasillo. Hasta entonces no me había fijado que estaba muy bien. Ella no es muy bonita, es delgada, morena clara, tiene el cabello castaño, no muy alta, pero tiene unas piernas impresionantes y unas grandes tetas que casi no se le notan con su uniforme, pero lo que más me gustó de ella fueron sus nalgas, enormes, redondas y bien paraditas; ...
    ... aparte, tiene una mirada tierna y unos ojos café oscuro preciosos. Desde ese día me propuse observarla con más atención.
    
    Al día siguiente pensé que no llegaría y ya empezaba a sentirme un poco desilusionado. Empecé la clase y 5 minutos después tocaron la puerta, era ella, se le había hecho tarde y la dejé pasar. Ésta vez llevaba una playera tan ajustada que me permitía admirar sus tetas y un pantalón blanco que me dejó ver su redondo trasero en todo su esplendor. ¡Vaya niña! Pensé. Como siempre se sentó frente a mí, siendo el único que podía apreciar la magnífica vista de sus hermosas tetas. Empezaba a ponerme un poco nervioso, pero de ahí no pasó esa vez, aparte que Blanca es una niña muy tierna y, a la vez muy seria, por eso no pensaba que lo hiciese a propósito.
    
    Pasaron los días y, en secreto, seguía observándola. Trataba de no demostrar alguna preferencia especial con ella y cuando llegaron los exámenes la senté hacia delante y frente a mí, ya que llevaba la falda que me enloquecía, pues me dejaba ver sus hermosas piernas y ella no se sentía incómoda, pues veía que yo no le faltaba al respeto. Todos contestaban sus exámenes en silencio, pero notaba que Blanca estaba algo nerviosa, hasta que me di cuenta de que estaba copiando las respuestas. Cuando le quité sus hojas, ella bajó la mirada. Pensaba romper su examen, pero al ver su cara angustiada no pude hacerlo, le devolví el examen y le dije que no tenía necesidad de hacerlo, que en realidad era una buena estudiante y ...
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