1. Mi querida alumna


    Fecha: 11/05/2019, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... levantaban sus pezones, podía sentirlos grandes y duros; así seguí hasta que me di cuenta de que podrían vernos, así que le dije que fuéramos a otro lado, ella dijo que no, que tenía ganas de quedarse en la escuela, pues esa era una pequeña fantasía suya. ¿Quién lo diría?. ¡Mi alumna más seria era bastante cachonda! Así que le sugerí ir a la sala de maestros, pues a esa hora no había nadie, todos los demás maestros ya se habían ido y sólo quedaba el de computación, pero estaba al otro lado de la escuela, así que nadie se daría cuenta.
    
    Cerré la puerta e inmediatamente seguimos en lo que nos quedamos. Me encantaba besarla, sentir su lengua acariciando la mía, mis manos apretaban sus tetas y poco a poco las bajé hasta acariciar sus nalgas, eran perfectas, redondas, duras y firmes y así seguí tocándola hasta que le fui quitando la blusa del uniforme; sus enormes tetas parecían reventar su sujetador, sentía su calor, las besé sin desnudarla. Ella gemía y también me empezó a quitar, primero, el saco, después, la corbata y la camisa, después desabrochó mi cinturón y bajó el pantalón, yo estaba bastante excitado y no dejaba de acariciar sus tetas, no me permitía quitarle el sujetador.
    
    -¡Todavía no! -me decía-. Primero déjame a mí y después tú.
    
    Asentí y sacó mi pene, estaba duro y con sus caricias manuales me sentía en la gloria, me acariciaba mis bolas con gran delicadeza, y empezó a masturbarme suavemente. No podía creerlo, mi alumna no era tan inocente cómo creía, pero ...
    ... eso no me importaba, dejé que me pajeara con calma, en verdad ella lo disfrutaba, y cuando le dije que me la chupara inmediatamente obedeció.
    
    -Sí profesor, cómo usted diga.
    
    Y si vieran qué deliciosa mamada me hizo; su lengua recorría todo de arriba a abajo, mis bolas, luego el glande, y chupaba delicioso. Sentía que me iba a venir y no se lo dije. Blanca sólo me miraba a los ojos y me preguntaba si me gustaba, que cómo calificaba eso y que si merecía pasar el curso, yo sólo le decía que sí, no podía pensar nada más.
    
    Seguía chupando con gran deleite, no aguanté más, ya era suficiente, tenía que venirme en su boca y después darle por ese culito tan rico que tenía, bueno, todavía no lo había visto, pero con esas nalgas maravillosas tenía que ser así. Así que jalé su cabeza y le acaricié el cabello, trataba de ser tierno con ella, aunque a mí me hubiera gustado arrancarle la ropa, voltearla boca abajo sobre el escritorio, abrir sus nalgas y sodomizarla hasta que ya no pudiera más, pero no. Lo estaba disfrutando tanto que, cuando llegó el momento de venirme en su boca, le manché toda la boca con mi semen. Le apreté la cabeza contra mí y ella no decía nada, sólo tragaba y tragaba hasta que me quedé inmóvil. La levanté y vi que sonreía y abrazándola me dijo:
    
    -Profesor, ¿no merece un diez una chupada así?.
    
    Nos besamos de nuevo, pero ahora me tocaba a mí; bajé hasta su cuello, después bajé la tira de su sujetador y sus enormes tetas salieron, eran hermosas, firmes, suaves ...
«1234...»