1. Mi querida alumna


    Fecha: 11/05/2019, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... y aflojaba más su anito.
    
    Luego metí de nuevo el dedo, esta vez no me dijo nada, sólo suspiró y seguí hasta sentir su cálido interior, estaba tan apretado que no quería sacarlo, pero debía meter otro más...
    
    -¡Ay me duele!. Pero síguele, me esta gustando. No creí que se sintiera tan bien tener algo metido por ahí -me decía.
    
    Saqué de nuevo los dedos y la seguí relajando con mi lengua, en verdad no quería dejar de chupar su ano, pero era hora de hacerlo mío.
    
    Me levanté y ella entendió lo que seguía, se quedó boca abajo y le separé las nalgas de nuevo.
    
    -Tengo miedo -me decía-, no me lastimes, mira que nunca se me había ocurrido que se hiciera por ahí.
    
    -No te preocupes, no te lastimaré, te va a gustar.
    
    -Bueno, dime qué hago.
    
    -Primero relájate y abre un poco tus nalgas, así te dolerá menos y entrará mejor.
    
    Y así lo hizo, abrió sus nalgas y me ofreció su ano virgen, le puse la cabeza en la entrada y empecé a empujar.
    
    -¡Ay, me sigue doliendo!.
    
    -Espera, afloja un poco tu culito, sino te dolerá más.
    
    Se relajó y le dejé la cabeza dentro, era algo delicioso e indescriptible; ya cuando se acostumbro le metí más, hasta que estuve dentro de ella totalmente. Me relajé al sentir sus nalgas rodeando mi pene, estaba en la gloria, y Blanca se quedó inmóvil, terminando de acostumbrarse a mi miembro.
    
    -¡Ay, siento riquísimo, tenías razón, esto es lo máximo! -me respondió y empecé a moverme dentro de ella.
    
    -¡No! -me dijo-, quiero sentirte así.
    
    Y no me ...
    ... moví, era delicioso su ano, apretado, estrecho, caliente. Sentía sus palpitaciones, ella se movía muy poco, no dejaba que saliera nada, hasta que al fin el fantástico mete y saca empezó a crecer en intensidad. Seguimos, hasta que ella dejó de moverse y se quedó quieta. Apretaba más el culito y eso me provocó una gran venida dentro de ella, su intestino quedó inundado de semen; ella pegaba más y más sus nalgas hacia mí y se movía en un seductor movimiento de lado a lado. Era suficiente para mí, me quedé encima de ella hasta que salió mi pene. Abrí sus nalgas y miré su ano, estaba un poco rojizo, abierto y dilatado y se cerraba poco a poco, le escurría semen y un poco de sangre y mi pene estaba un tanto irritado también y mojado en un líquido color marrón: era semen mezclado con sangre y un poco de sus heces. Su ano se cerró completamente y le di un último beso por encima, ella volteo y me dio un gran beso.
    
    -Te amo -le dije-, gracias por entregarte a mí.
    
    Y la besé de nuevo. Ella me correspondió y empezamos a vestirnos. Abrí las ventanas y vimos que era hora de salir. Salimos del salón. Ella caminaba con dificultad.
    
    -Me duele un poco y a la vez me arde -se quejó-, pero no me importa, en verdad lo disfruté y ¿tú?.
    
    Sonreí y le dije que también. Salimos de la escuela cada cual por su lado. En la calle nos volvimos a encontrar de nuevo, la subí a mi coche y la dejé en su casa y nos dimos un último beso.
    
    Llegó el día del examen y, después la graduación, mi adorada Blanca ...
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