VESTIDO AZUL
Fecha: 13/05/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
VESTIDO AZUL Los chicos de veinte años me parecían todos unos estúpidos, con una mente limitada, inmaduros, solo tenían una idea entre ceja y ceja, ‘coger’, y ya estaba harta del mismo juego, tan predecibles. Una y otra vez la misma rutina, hablarte, sonreírte, hacerse el amigo, y apenas le dabas un poco de confianza, listo, la cama era el siguiente paso, me acosté con algunos que me gustaron y dejé pasar otros que no, pero de una manera o de otra, el final era siempre el mismo, ‘si te ha visto no me acuerdo’ Cansada de ‘chicos perfectos’ que solo mostraban lo mucho que podían mantener su miembro erguido y buscaban un record Guiness para ver cuántas veces podían acabar en una hora, o que solo mandaban fotos de sus miembros perfectos, o se masturbaban frente a una cámara, como si una fuera una perra necesitada, en realidad, no imaginan cuanta repulsión me causaban… Así es que con apenas dos décadas de vida mi interés por los hombres pasaba por otro lado, admito que siempre tuve un morbo con tipos mayores, de treinta, cuarenta, cincuenta, tipos que ya habían tenido experiencias, tipos que no veían a la mujer como un agujero para saciar sus instintos, tipos con lo que podías hablar y tener un diálogo sobre cualquier tema, tipos que en definitiva sabían tratar a una mujer, tipos que ponían mi placer en primer plano, en resumen, tipos que con una mirada, con una palabra, o con un gesto, lograban que me mojara a mares, que me derritiera, que sacara esa puta escondida y que ...
... hiciera cualquier cosa. Yo estaba cursando mis estudios universitarios y tenía algunos problemas con un par de materias en la cuales necesitaba un apoyo extra porque se me hacía difícil llevarlas adelante, fue cuando el azar del destino me cruzó con Mauricio, un rico profesor que daba clases particulares. El me doblaba en edad, y ya dije que tenía un morbo con los tipos mayores, pero ahora agrego que otra fantasía que tenía muy marcada era relacionarme con mi profesor, creo que muchas fantaseamos con eso. Mi profesor era un tipo correcto, elegante, que cuidaba su físico, alto, de manos grandes y mirada filosa, bien hablado, un tanto intelectual, con quien podía hablar de cualquier tema, que podía hablarme como consejero, como psicólogo, como hombre, como padre, como amante y obvio, como profesor. Pero hubo algo que me hipnotizó cuando lo conocí, sus grandes ojos, claros y cristalinos, nunca pude resistirme a unos ojos claros, me mojo con solo recordarlos al escribir estas líneas, tengo algo muy marcado con los ojos de las personas… Mauricio tenía una familia, era casado y feliz en su matrimonio, supe eso desde el primer día, el jamás ocultó nada y puso todas las cartas sobre la mesa desde el primer momento, poco a poco yo solo me transformé en su amante, y me encantó serlo, nunca pretendí ser algo más en su vida y las reglas estaban claras. Su esposa era una mujer de negocios y tenía sus ocupaciones, eso era muy bueno para mí porque ella estaba siempre en sus cosas y sus horarios ...