1. Mi tía Sandra...


    Fecha: 19/05/2019, Categorías: Incesto Autor: legal-eagle, Fuente: RelatosEróticos

    Corría el año 2004, estaba a punto de dar un paso en mi vida muy grande, irme a vivir a la madre patria, España.
    
    En ese tiempo vivía con mis tíos, ya que me mis padres me habían echado de casa por...bueno, problemas con la convivencia. Era una pareja joven, tenían por entonces 41 y ella 37, él (tío por parte materna) era de lo más golfo que pude haber conocido, siempre fijándose en otras mujeres, y claramente, follándoselas cuando salía de trabajar, pero conmigo era la leche, no parábamos de reír nunca con nuestras estupideces. Mi tía llevaba la casa, era el pilar, porque de ser por mi tío vivirían debajo del puente. La esterilidad de mi tía había llevado a mi tío a buscar otras mujeres (aunque creo que no era la mejor salida, creo), ella siempre estaba sola, solo acompañada en los momentos que compartíamos todos juntos por la noche, que llegábamos mi tío y yo de trabajar (dicho sea de paso, trabajábamos juntos).
    
    Cuando teníamos ratos a solas, ella me contaba sus preocupaciones, sabía lo que él le hacía a escondidas, no era tonta, a veces lloraba conmigo y yo, como buenamente podía, la consolaba. Siempre fue una mujer, a mí parecer, guapa, quizás no era la mujer perfecta, pero tenía sus cosillas, como por ejemplo sus grandes pechos...ahora que recuerdo, solo tenía eso, que curioso, porque de culo carecía significativamente, tenía nariz aguileña, era bajita, y un poco pasada de peso, por no mencionar su gran espalda...pero esos pechos...bufff..en verano siempre usaba ...
    ... una musculosa que hacía notar su canalillo...y era imposible que dejase de mirar eso. Muchas veces me masturbe pensando en ella, en sus grandes tetas, en su boca saboreando mi polla, en follármela por el culo ( fascinación que siempre sentí),pero ese verano, quizás entonces, todo eso dejase de ser solo una fantasía.
    
    Una tarde mi tío decidió irse a ver a mi abuela después del trabajo, y yo, que había llegado antes de trabajar, me quede con ella conversando de sus melancolías, que eran muchas. Esa tarde conmigo, lloro lo que no había llorado nunca, explotó de tristeza, y la abrasé con mucha fuerza y con ese sentimiento de impotencia que casi todos sentimos cuando no podemos hacer nada al respecto, puse su rostro en mi hombro y le acaricie el cabello, que llevaba con su clásica trenza....no sé porque, pero no era momento de empalmarme...pero sucedió, sin ver sus tetas, sin que me rozase, solo de tenerla en mi brazos me excite, era de locos, soy un enfermo, pensé....pero un enfermo muy afortunado...
    
    En ese momento, mi tía comenzó a acariciarme las piernas, me dijo que le había hecho muy bien volcarse en mí...y llegaba la hora de agradecérmelo, comenzó por sacarse esa musculosa negra que tan bien resaltaba sus atributos, fue maravilloso, sus dos grandes tetas envueltas en un sujetador negro que tantas veces imaginé, luego, me beso en la boca, no tenía palabras en ese momento, solo una gran erección, que ella notó enseguida.
    
    Nos besamos un rato que a mí, me pareció eterno, ...
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