Fui su esclava y me terminó gustando
Fecha: 21/05/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Dulce Soñadora, Fuente: CuentoRelatos
... casa era muy bonita, bastante ordenada, con un rico olor fresco. Pero en mi cabeza seguía pensando que no conocía a este tipo y me sentía vulnerable en su casa. Él estaba en el fondo, se veía que estaba arreglando una maquina o algo así. Entra por una puerta que daba al patio trasero, y ni bien me ve me saluda gentilmente. Su tono era completamente distinto al primer cruce de palabras que tuvimos.
—Hola, como estas? Me trajiste el pincel que me olvide? Que amable!!!
Con voz entrecortada, le respondo:
—Sí, mi mama me lo dio.
Extiendo la mano para dárselo y el extiende la suya, rozando mis dedos me lo agarra. Siento un frio correr mi cuerpo y se me irisa la piel. Creo que me puse colorada y como pude le digo…
—Bueno, me voy.
—No!! Dijo con voz fuerte. Quédate a tomar algo. Me estaba por preparar un jugo fresco.
Acepte, porque me dio miedo la expresión en sus ojos.
—Pasa, vamos a la cocina. Dame la mochila, así estás más cómoda.
Me agarra la mochila y la deja en un sillón y nosotros nos vamos a la cocina. Sentía su mirada que me desnuda por completo mientras me sentaba en una silla alta que estaba en una especie de barra.
Tuvimos una linda charla. Cada tanto sus ojos se perdían en el escote del vestido y sus palabras también. Entonces tome la decisión de irme.
—Bueno Orlando, ya me tengo que ir. Mi amiga me está esperando. Dije con firmeza.
Me levante de la silla y me dirigí hacia la puerta de salida, hasta que sentí como sus manos me toman de ...
... la cintura y de un tirón me vuelta y me arrima a su cuerpo, quedando pegados y nuestras bocas muy cerca una de la otra.
—Soltame!!! Que haces?? Le ordene.
Mis palabras fueron en vano y me besa en forma desesperada. Intentaba meterme la lengua y cada vez me apretaba más hacia él. Sentía la dureza de su pija cerca de mi conchita.
Baja una mano y me empieza a tocar la cola. Primero por encima del vestido, después me la pellizcaba por debajo, me apretaba la nalga.
Llorando, le pido que se detenga. Que me deje ir.
— Irte?? No bebe esto recién empieza.
A los tirones me lleva hasta la habitación y de un empujón me tira a la cama. Él se pone encima de mí, me continúa besando. Ahora me aprieta las tetas y me hace sentir su verga entre mis piernas. Tengo que reconocer que no me gustaba, pero mi cuerpo no respondía igual que mi cabeza, dado que me sentía húmeda.
Me quita el vestido y el corpiño a los tirones. Me agarra las dos tetas y me las besa, me las aprieta, las amasa. Muerde mis pezones, que se encontraban duros.
Ya no lloraba, y tampoco ponía mucha resistencia a lo que me hacía.
Fue bajando, besaba mi panza, mi ombligo, mis piernas, mientras con una mano seguía tocándome las tetas. Se detuvo para mirarme. Su mirada era perversa. Llena de lujuria. Me corrió la tanguita para un costado, sin dejar de mirarme a los ojos, comenzó tocándome los labios, sentía mi humedad de mi conchita y en su cara se dibujaba una sonrisa. Cuando menos lo espere, me metió dos ...