1. Anita de tus deseos (capitulo 3)


    Fecha: 21/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    ... delatan a una multiorgásmica, lo que pasa es que, en general, los tíos van a lo suyo y se asustan con estás cosas y procuran ignorarlas.
    
    —¿Sí?
    
    —Si hija. A los tíos lo que les gusta es que se la chupes un poco, te follan cómo los conejos y se van a fumar o a jugar a la “Play”, o a las dos cosas a la vez.
    
    —Pues tú no.
    
    —¡Nos ha jodido! No fumo. Además, son muchos años de experiencia, principalmente con tu madre, pero también con una novia que tuve antes.
    
    —¡Ah! ¿Sí? ¿Tuviste una novia antes que mama?
    
    —Sí. Era una gilipollas y estaba a punto de mandarla a tomar por el culo cuándo se fue con otro igual de gilipollas que ella. En fin: me hizo un favor.
    
    —¿Lo sabía mama?
    
    —Por supuesto: yo no tenía secretos con tu madre.
    
    —Y ¿conmigo los vas a tener?
    
    —Claro que no. ¿Y tú?
    
    —Tampoco: te lo prometo. Pero, dime cómo ha quedado la estadística.
    
    —Antes quiero decirte una cosa más: no te imaginas lo afortunada que eres, —fui a decir algo, pero papá levantó el dedo y no dije nada—. Tienes un don maravilloso, porque lo tienes en su justa medida y me tienes a mí. Me explico: hay mujeres para las que esto es un problema y muy gordo. Las hay que llegan al orgasmo 200 o 300 veces al día: no pueden estar cerca de nada que vibre, cómo el móvil, la lavadora…
    
    —¡No jodas!
    
    —…o el coche. Otras tienen tu mismo don y no se enteran porque dan con tíos demasiado egoístas que no miran por ellas. Tú puedes hacer una vida normal y corriente, pero eres capaz de responder ...
    ... rápidamente a un estímulo sexual. Es decir: tienes un don que no te imposibilita, te complementa. Cómo le ocurrió a tu madre, en mis manos te aseguro que vas a disfrutar cómo una perra.
    
    —Vale.
    
    —Y ahora la estadística, —añadió riendo mientras servía un poco más de vino—. Estuviste sobre la mesa dos horas y diez minutos.
    
    —¿Tanto? ¡Joder! Pues se me pasó volando.
    
    —Tuviste 15 orgasmos…
    
    —¡Hala!
    
    —…y sacaste un promedio de uno cada ocho minutos y medio. Bueno los tres últimos los tuviste casi seguidos, pero da igual, sin esos estaríamos en un promedio de uno cada nueve minutos y pico.
    
    —¿Y respecto a mama?
    
    —A eso iba. Si me lo proponía tu madre llegaba a uno cada diez minutos. En cambio, a ti no te he forzado mucho, ni quiero.
    
    —¿Por qué no papá? Hazme lo que quieras.
    
    —No, no: esto no es una competición mi amor, —dijo papá riendo—. ¿Qué sabes de los orgasmos?
    
    —¿Qué molan? —respondí haciéndome la graciosa porque la verdad es que no tenía ni puta idea: las monjas no nos enseñaban esas cosas.
    
    —Pues mira, un orgasmo consta de cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución. Cada una de esas fases requiere su tiempo, y en unas mujeres es más y en otras es menos. En tu caso, ayer, hacías el recorrido por todas las fases en ocho o nueve minutos, pero ten en cuenta que solo la última fase, requiere al menos unos cuatro a cinco minutos, por lo tanto, hacías las otras tres fases en el mismo tiempo.
    
    —¿Y esa fase para qué es?
    
    —¿Resolución? Es el paso ...
«1...3456»