1. Elena (A.C.) - mi masoquista


    Fecha: 24/05/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... aparentemente adormilado, mientras ella acaricia mi rapada cabeza en el lugar que debería de estar el dentista: un cuadro de lo más inocente y romántico.
    
    Su padre entra detrás de su madre y nos dicen que han comprado boletos para el cine, que nos vayamos levantando, porque la función empieza en una hora. Salen, tras una breve charla con Elena. Los dos sonreímos cómplices en cuanto sus progenitores nos dieron la espalda. Adrenalina pura y sexo son una combinación ganadora. Sólo los que han estado en situaciones similares me comprenderán.
    
    Por desgracia, tuvimos que esperar dos semanas por sucedáneos ajenos a nuestro control para volver a unir nuestros cuerpos en el delicioso rito carnal del amor. Aquél sábado en un hotel de la Ciudad de México, confirmé mis anhelos en cuanto a Elena… Y debo decir que fue lo mejor que me pudo haber pasado.
    
    Pasé por ella al consultorio de su madre a eso del mediodía. Estaba desbocado de deseo como un burro en celo. El sólo verla con aquel pantalón de mezclilla que le cortaba la circulación, me dejó babeando. Se le marcaban esas piernas tan carnosas y bien torneadas… ni qué decir de su hermoso trasero. La misma Venus se pondría celosa de tan impactante fémina.
    
    Cuando se cerró la puerta de nuestra habitación de hotel yo ya la tenía tumbada sobre la cama y recorría, cual pulpo, cada centímetro de su piel. Ella se dejaba hacer.
    
    La desnudé lentamente sin dejar de amasar y recorrer cada parte de aquél glorioso cuerpo y en cuanto ella ...
    ... estuvo desnuda me abalancé sobre su coño, pintado de rojo y palpitante. Lo devoré y aquel salado y ácido sabor inundó mi boca como si fuera la bebida más deliciosa del mundo. Notaba sus gemidos a causa de mi lengua y mis dedos que ya hurgaban en su interior. Era como meter dos dedos en un horno.
    
    Recorrí cada milímetro de aquella gruta ávida de placer. Lamía, mordisqueaba levemente y saboreaba cada parte de su coño y ella lo agradecía. Sin previo aviso, introduje un tercer dedo y al parecer dicha acción fue el detonante para ella, que comenzó a mover sus caderas, acompasando el movimiento de mis dedos, penetrándola. Mi lengua seguía afanada en su clítoris y cuando noté que estaba por venirse, disminuí el ritmo y me despegué de ella.
    
    Elena, alzó su cara al instante, enojada por la abrupta interrupción de su inminente orgasmo, pero la hice callar, metiéndole en la boca los dedos que instantes antes habían estado en su vagina. Y justamente cuando hacía esto, le solté una frase que hace mucho no le soltaba a una mujer, pero que siempre me había valido para realizar dicha acción: “para que sepas lo rica que estas”.
    
    Se resistió, pero al final lamió y puedo decir que lo disfrutó. Yo estaba a reventar. Aun con ropa, la volví a tumbar en la cama y tras un leve lametón en su vulva, me despegué para desnudarme y cogerla de una vez por todas. Mi verga estaba más dura que un mástil y saltó libre en cuando me bajé el bóxer. Ella me observaba y tenía tatuado a fuego en la cara un ...
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