Una noche en la disco (JULIA)
Fecha: 26/05/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: nosoycompasivo, Fuente: SexoSinTabues
... sonreí - Que acabare por achisparme del todo y no respondo de mí. —Tranquila - dijo Manuel -, estás entre caballeros, no seriamos capaces de hacerte nada que tú no quisieras. —Mujer – le apoyó Juan- , nosotros no somos ese tipo de personas, te puedo asegurar que con nosotros estás segura. Los tres apuramos las copas de champán que Manuel rellenó de nuevo, y brindamos por una noche entretenida. Yo la verdad que brindaba por una noche excitante, estaba tan cachonda que mis pezones estaban erectos como dos volcanes que sobresalían de mi camisa; menos mal que la luz no era directa, sino Manuel y Juan se darían cuenta de lo cachonda que estaba. Estuvimos hablando una hora aproximadamente, a mí el efecto del alcohol me empezaba a bajar y, conforme abandonaba mi cuerpo, me fije más en la fisonomía de los dos hombres que tenia a mi lado. Realmente eran guapos, incluso diría que eran excitantes, tenían una buena conversación y se notaba que eran hombres de estudios. Cuando bajé más la vista, mis ojos se posaron sobre sus entrepiernas y, a pesar del pantalón se notaba que sus penes estaban erectos. Sentí un calambrazo en mi coño y volví a mojar mis braguitas. El ruido no nos permitía hablar con naturalidad, fue en ese momento cuando Manuel comentó: —Este ruido se hace insoportable para charlar, Julia, ¿te apetece venir con nosotros al hotel? Allí hay un pub con música suave, silenciosa. Sólo tomar una copa y seguir charlando. La verdad que la proposición me gustaba, un sitio más ...
... tranquilo con luz y música suave, además podía verlos con más claridad. —Bueno, me parece bien, dejad que avise a las chicas y nos vamos - caminé hasta donde estaban las chicas y me fijé que la mayoría estaban dispersas en distintos sofás, con distinta gente. Me acerqué a Luna, que estaba hablando con un crio de no más de 16 años, y le dije que me iba – El alcohol me ha subido mucho y estoy mareada – me excusé -. Despídeme de las demás. Cogí mi bolso y mi chaqueta, y salí de la discoteca. Fuera estaban Juan y Manuel sentados en un Mercedes último modelo, Manuel me abrió la puerta y me invito a pasar. El coche era amplio y cómodo. Juan se sentó detrás y Manuel se puso al volante, arrancó, y fuimos directos al hotel, uno de los más caros de la ciudad. Siempre que pasaba por allí, me detenía y pensaba qué agradable seria pasar una noche en una habitación. Manuel paró a la entrada, un guarda coches le pidió a Juan las llaves, entramos y nos encaminamos directamente al pub. Manuel saludó al camarero, le pidió un reservado y una botella de ginebra con seis tónicas y una cubitera. Juan me cogió por la cintura, acercando mi cuerpo al suyo. yo me sentía flotar y me dejé llevar, entramos en el reservado, el camarero trajo el pedido y discretamente cerró la puerta con un cristal de esos en que miras lo que pasa fuera pero los demás no te pueden ver. — ¿Quieres un ging tonic? Te aseguro que será flojito. Juan me lo acercó, y en cuanto le di el primer sorbo me di cuenta que de flojito, nada. ...