Sombras del deseo
Fecha: 27/05/2019,
Categorías:
Erotismo y amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ganas de abalanzarme sobre el televisor, pero me contuve pensando en lo estúpido que me vería. El espectáculo terminó por un momento pues atravesó la cortina de baño aún con la ropa íntima puesta. Decepcionado, solo me quedaba esperar a que saliera, pues probablemente sería testigo de lo que mis fantasías me hablaban , su cuerpo totalmente sin cobertura. Pero casi me doy contra la pared cuando la veo extender la mano desde atrás de la cortina de baño y alcanzar su cambio de ropa interior, lo demás ni merece contarse, ¡Qué decepción!
Ese día recuerdo lo que ví al caer la noche sobre mi cama, era viernes, el día que coincidimos al salir de la universidad, me apresuré a alcanzarla y pedirle que me llevara con ella, pues sabía que se dirigía a mi casa por sus hijas.
No cruzamos palabra en el camino, pero pronto nos encontramos en medio de todos esos automóviles comunes en un embotellamiento vehicular, con la mirada llena de tensión me volvió a mirar con aquellas palabras - ¿Por qué a mi? - Yo solo pude acercarme y darle un tierno beso en la mejilla, ella puso su mano derecha sobre mi rodilla, fue subiendo sobre mi costado, llegó a mi rostro, pasó por mi cuello y tomando mi mano izquierda la precipitó hacia uno de sus senos por encima de una blusa de encaje. Mi reacción fue inmediata dirigí frenético de pasión mi rostro contra el de ella en un salvaje beso que fue más allá de unir nuestros labios, pues el sensitivo roce de su lengua sobre la mía me sobresaltó, he hizo que ...
... apretará aún más el pecho que acariciaba con mi mano. De nuevo sentí aquel sudor aromático que salía de su cuello, y siguiendo el mismo camino que aquel introduje mi mano dentro de la blusa y el sujetador, en un desplante flexionó su espalda hacia adelante y dejó salir un instantáneo gemido. Cuando cobré conciencia de las miradas que había alrededor intenté retirarme de ella, pero salvajemente se arrancó la blusa y se acomodó sobre mis piernas en aquel reducido espacio, descansó sus brazos sobre mis hombros. Yo solo podía mirar aquellos suculentos pechos, ignorando las miradas curiosas de la gente, me deleité en finas caricias, pues ella misma desabrochó su sostén y yo solo tuve que alejarlo lo más lejos posible, el calor era tan excitante, que únicamente podía pensar en besar sus senos desnudos, fue entonces cuando los recorrí con mis labios y pude probar ese sudor del que hablaba, repentinamente se dio la vuelta dándome una vista de su espalda descubierta, y dirigiendo su trasero hacia mi rostro comenzó a quitarse una bella falda rosa, sentí como mis manos se dirigieron contra sus prominentes nalgas de las que emanaban miel y fragancias de flores, justo cuando estaba a punto de descubrirlas de aquella pantaleta roja, me miró lujuriosamente y dijo -¡Es el momento!- ¡noooo! Todo se desvaneció. Volvía a ser presa de la desesperación.
Pensé que el no poder contemplarla totalmente desnuda, era la causa de aquellos sueños interrumpidos. Por esa razón me propuse consumar el plan ...