1. Con ojos cerrados


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Incesto Autor: McJerry, Fuente: CuentoRelatos

    Hola soy Germán y vivo en Rosario, Argentina. Tengo 23 años y mi novia 22. Hace 7 años que salgo con ella y estoy seguro que es el amor de mi vida. Hemos tenido algunos tiempos separados, en los cuales yo salí con otras chicas, pero siempre volviendo con mi verdadero amor. Ella se llama Guillermina, tiene unos ojos miel pelo enrulado rubio, un culo redondito y paradito, y unas tetas que si bien no son muy grandes son redonditos y con unos pezones largos, que son únicos.
    
    Yo fui su primer hombre, y nunca tuvo relación con otros. Hace algo más de un año le confesé una fantasía que hasta el momento no quería hacerlo, ya que ella es una chica recatada. Y todo lo que logre con ella en cuestión de sexo fue debido al amor que nos tenemos. Lo más arriesgado que hicimos fue hacerlo en un bar. Pero sentía el nerviosismo de ella en todo momento.
    
    Bueno, la fantasía que me anime a confesarle fue que me volvía loco la idea que ella fuera cogida no solo por mí, sino por más hombres al mismo tiempo. Claro, la reacción de ella fue de que yo estaba loco. Y me percate de una cierta mirada, mezcla de enojo y desilusión. Por eso ese día deje la charla ahí. Un día estando en su casa, desnudos sobre su cama, la hice que se pusiera de costado, con su espalda frente a mí. Yo con una mano agarre mi pene que estaba súper duro, y se lo deslizaba por la raja de su culito y el orificio de su vagina. Con mi otra mano le agarre una teta, mientras puse mi boca cerca de su oído y le susurre entre ...
    ... gemidos "pensá que mi pene, y mis manos son de dos hombres diferentes que están a punto de cogerte". Seguí acariciándole los senos, después subía hasta su boca y ella me chupaba los dedos, para luego acariciar su conchita y frotarle el clítoris. Luego de que acabo, ella me dijo que le súper excitó en el momento, pero que nunca podría hacer eso en realidad, porque me ama y nunca le daría la cara para serme infiel y encima delante mío.
    
    Otro día, pero esta vez en mi casa, estando nuevamente desnudos y calientes, le dije que cerrara los ojos. Entonces me levanté y fui a buscar un consolador que había comprado. Lo escondí para que no me viera, mientras le decía que siga sin ver. La hice tumbar boca arriba y abrir las piernas. Yo me puse al revés metiéndole el pene en su boquita. Al tiempo que le metí dos dedos en su conchita. Después de unos minutos y verla excitada. Saqué que mis dedos, y le metí de un golpe el consolador en su mojada vagina. Ella di un pequeño brinco, y antes que dijera nada le dije —No te preocupes amor, es un consolador que compré para satisfacerte más, no te causara ningún daño.
    
    Ella no chupaba como antes, parecía más tensa. Pero siguió.
    
    —Imaginate que hay dos hombres que te están cogiendo con sus vergas duras solo para hacerte acabar una y otra vez.
    
    Un momento después sentí que estaba a punto. Me di vuelta y la cogí violentamente. Sus gritos me aturdieron pocas veces la sentí así.
    
    En mi mente sentía que mi fantasía estaba próxima a hacerse ...
«1234»