1. La casa de las perversiones en familia 5


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    Las carcajadas se dejaron escuchar en el patio de Doña Refugio. Reíamos todos, ella como buena cuenta historias muy a menudo nos deleitaba con aquello que ella juraba ser la mismísima verdad de lo que había vivido. Alrededor suyo todos la escuchábamos, incluso sus hijos que no debía ser la primera vez que escuchaban sus relatos. Todos atentos como buenos alumnos ante la clase de su maestro, sabíamos que cuando terminara, más de alguno de nosotros podría vivir una experiencia que rayaba en lo prohibido. ¿Algo de marihuana? Miguel y sus amigos se iban a consumir al fondo de la propiedad. ¿Alcohol? Normalmente había los fines de semana. ¿Sexo? Talvez fuese la principal razón por la muchos visítanos aquella casa. Dos meses habían pasado desde la primera vez que llegue y si al principio había llegado como prospecto de novio de Ester, segunda de las hijas de Doña Refugio. No había sido con ella con quien había follado, sino con sus hermanas menores de tan solo 14 y 12 años. El sexo en aquel lugar era tan liberal que la misma Doña Refugio lo practicaba con algunos de los que llegaban a su casa, había sido precisamente a ella a quien había visto follar el primer día que llegue como invitado de su hija y era por ella por quien en más de una ocasión me había echo una paja pensando en su gloriosa panocha de labios gruesos parecida a la de mi madre. Aquella noche tras terminar su historia, como ya era costumbre cada quien se fue con su grupo a su lugar donde se reunían. Miguel se fue ...
    ... al fondo del terreno donde él y sus amigos se iban a fumar algo de marihuana, lo hizo acompañado de su novia. Esa que no perdía tiempo para lanzarme una mirada coqueta. Gabriel su hermano al otro extremo, bajo el árbol donde unas semanas atrás yo me había follado a Andrea, la menor de todos hijos y donde hacían tiendas de campaña para hacer lo que ellos llamaban lunadas. Yadira me hizo señas, dándome a entender que la esperara. Ella se había convertido en mi consuelo sexual desde que Ester se había ido a donde sus abuelos, tres semanas habían pasado y la que debía estar conmigo, mi novia no era la que recibía mi leche. Mi cuñada noche tras noche se encargaba de descremarme y mandarme a mi casa seco y hasta sin ganas de llegar a cogerme a mis hermanas. Solo, espere afuera en el patio, un haz de luz alumbraba donde yo estaba. A lo lejos podía ver las siluetas de mis cuñados y sus amigos, la brasa de un cigarrillo pasando entre ellos me dijo que estaban fumando marihuana. Al menos eso me había confiado Ester la primera vez que llegué, Miguel y su grupo eran los que disfrutaban drogándose con aquella hierba. Los minutos pasaron y cuando Yadira salió me dijo su mamá le había pedido ir a hacer un mandado. ¿Me esperas? – pregunto. Le dije que si, aunque tentado estuve a pedirle que si podía acompañarla. Podíamos follar en el camino en alguno de los terrenos baldíos que había en la colonia donde vivían. La presencia de Doña Refugio impidió tal petición. - ¿Y usted qué va hacer? – me ...
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