1. La casa de las perversiones en familia 5


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... dijo. - Nada - ¿Por qué no me acompaña? Sin esperar respuesta entró de nuevo a su casa regresando minutos después con un suéter de felpa. - Acompáñeme – dijo. Traigo una pena en el alma que me hace necesitar un trago. Otra vez no me dejó responder. Uno a la par del otro salimos con rumbo a donde vendían la bebida. El dueño del negocio la conocía talvez por ser cliente habitual. Doña Refugio no espero llegar a su casa para beber, ahí mismo se tomó un poco más de media botella de aguardiente barato, al son de la bebida su forma de comportarse conmigo era como si nos conociéramos de años. El tono de su voz dejaba entrever que el licor había hecho su efecto. ¿No quieres tomar carajo? – me había preguntado tratándome de igual, algo que nunca había hecho. Saber que no tomaba hizo estallara en una sonora carcajada. Que suerte tiene mi Ester -dijo como para consigo misma. Que suerte tienen las que no se bañan – y de nuevo otra vez soltó una nueva carcajada. - Don Pedro Don Pedro. Este es mi yerno. Mirelo que suerte la mía. Un yerno sano y fogoso. Sin que el dependiente le preguntará ella le contó que yo era novio de su hija. Chamaca suertuda Don Pedro. Mire que conseguirse un noviecito sin vicios y bien dotado. Aquello debió escapársele sin querer o el licor definitivamente había hecho su efecto. Doña Refugio estaba ebria, hablaba con voz pastosa. Fue Don Pedro quien la convenció de irse a su casa. - No me corra Don Pedro – decía. Mire que ando de capa caída y usted sabe que el ...
    ... trago mata desilusiones. Aún con su renuencia Doña refugio y yo decisimos lo andado. La casa no estaba lejos, aunque para ello teníamos que pasar aquel potrero donde alguna vaca era llevada a alimentarse durante el día. Terreno en construcción podía leerse a la entrada. Yerno me llevas a mi casa bebe – me había dicho. Llévame papi que estoy alegre ¿y sabes porque? - ¿Porque? – pregunté. - Estoy alegre porque te tengo a ti para mi Ester. Yo sé que la harás feliz. Aunque sé que eres un cogelón sin juicio ni prejuicio. - ¿Porqué? - Ah chingada madre. Sé que te coges a Yadira y hasta la niña cabron. Sé que te cogiste a Andreíta. No lo niegues ¿O me lo vas a negar? Guarde silencio. - Debes de ser muy reatudo o muy rico para coger – dijo. Ahora fuimos los dos quienes guardamos silencio. Estábamos a medio potrero, a unos 500 metros de donde comenzaban las casas. Fue Doña Refugio quien una vez más habló: - ¿Quiero que me cojas? ¿Quiero ser tu mujer? – dijo. Estábamos abrazados uno a la par del otro, ella con su botella en el delantal. Su gorda figura contrastaba con la mía en aquel terreno donde nadie pasaba a aquella hora. Serían las 9:30 de la noche, la idea de coger con Doña Refugio me puso gorda la verga casi instantáneamente. Ella debió saber que su deseo no quedaría sin cumplirse, sonrió. Eres un yerno degenerado, pero así te quiero Papi chulo. Coge a tu suegrita Papi, enséñame que tienes para darme. Talvez el hecho de saber que iba comer verga la hizo recuperar parte de su ...
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