1. Lalo, la flaca y yo


    Fecha: 29/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... el amor como en tus sueños, dame pija, llename de leche turro, haceme gozar como a tus putitas de los privados!, decía Eliana cuando su cuerpo yacía sobre almohadones dispersos en el suelo, con mi pija pugnando por entrar de una vez en su boca y con Lalo detonando más y más presemen en su conchita.
    
    Pero cuando logré meterle un dedo en la colita, ella gritó por fin:
    
    ¡No me digas que querés que tu amigo me haga el orto también!
    
    Ninguno respondió. Ella me pidió que le extienda los brazos para ayudarse a ponerse de pie, y se dirigió a nuestra habitación. Lalo y yo nos miramos desconcertados, pero con cierta complicidad, pensando en que tal vez todo haya terminado, y me sentí culpable.
    
    Pero la flaca apareció otra vez, con otra bombacha y con el pelo desatado. Se puso en 4 patas en los almohadones y movió la cola con un dedo yendo y viniendo del inicio de su rayita hasta su ombligo. Cuando pasaba por su conchita se lo hundía un ratito.
    
    ¡En el sueño no quisiste, pero ahora culeame toda Lalo, por favor, quiero toda esa pija en el culo!
    
    Fue eso todo lo que debió decir para que Lalo acomode su pija entre sus cachetes, lubrique su ano con su saliva y algo de flujo que brotaba de su vagina, y junte su glande a ese agujerito afiebrado que tantas veces me había negado. No quiso sacarse la bombacha, y a Lalo no le importó.
    
    Empujó un par de veces sin lograr que le entrara ni un centímetro. A Eliana le dolía y gritaba, pero quería más. Yo me acerqué a su boca para que ...
    ... me la chupe, y de paso la pajeaba. Frotar su clítoris mientras lalo le estimulaba el culo la hacía delirar de placer. En un momento la vi lagrimear, estremecerse, dar un alarido de dolor y tambalearse sobre sus brazos.
    
    Lalo ya se hamacaba con su pija toda adentro de su orto precioso cuando sus dientes rasgaban el cuero de mi verga dura como un fierro.
    
    ¡haceme la cola perro, cógeme toda, rompeme el culo, dame leche, quiero que me duela cuando me vaya a sentar, cógeme el orto guacho!, decía Eli cada vez que mi pija era expulsada de su boca.
    
    Sabía que no podía aguantar mucho más. Se me ocurrió enredar su anterior bombacha a la base de mi falo y volver a su boca para que me saque toda la leche que su lujuria creó para sí misma. Lo hizo, mientras se hacía pis y mi mejor amigo se la sacaba del culo para tumbarse sobre ella y, de esa forma terminarle todo en la conchita en un movimiento de pelvis admirable.
    
    Cuando Eliana se levantó con el pelo enredado, con la bombacha goteando semen y pis de pura excitación, con la boca llena de mi acabada, y con los ojitos brillosos pensamos que se iría a dormir, luego de una ducha reconfortable.
    
    Pero, por el contrario, preparó café y compartimos una charla de temas diversos. El olor a sexo que invadía la casa, su recurrente forma de volver a las peteras del kiosko y las preguntas que Lalo le hacía acerca de nuestras relaciones sexuales ya no me ponían incómodo. Me gustaba ver a mi mujer hecha una ramera insolente, desatada, en ...
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