1. Ir y volver cachonda al trabajo


    Fecha: 30/05/2019, Categorías: Dominación / BDSM Fetichismo Hardcore, Autor: Zion22, Fuente: xHamster

    ... ,–me dijo. –Estaba tan cachonda, tan perra, que me he pegado toda la mañana de calientapollas. Qué si pásame esto y lo otro con mis tetas en su espalda. Qué si te has follado a la guarra de tu mujer mucho entre semana. Sentándome en el borde de la mesa enseñando cacha. Vamos que por lo menos tres veces ha ido al vater a cascársela.En ese instante y con un leve movimiento de piernas, su falda subió lo justo para que yo pudiera ver que no llevaba bragas, Alicia mantuvo el instante para asegurarse la jugada.–Cuando quedaban cinco minutos para salir me acerque a su mesa, me senté separando descaradamente las piernas. El olor de mi coño lo inundaba todo.Mis bragas justo a la altura de sus ojos, llevaba esas que tanto te gustan, las que me regalaste de colegiala, esas que nunca me he puesto para ti.Y zas, me dio una buena palmada que me dejo bailando los huevos.Le dije.–Pedro, mira si soy tonta, me he venido sin nada.Me abrí un poco el escote, me subí ligeramente la falda, me levanté para que me viera bien por todos lados haciéndome la simple.–Te importaría invitarme a comer algo, me muero de ganas. Hoy por ti y mañana por mi.Su cabeza parecía que iba a explotar. Años y años imaginándome entregada a él, sumisa, a sus pies, y hoy, gracias a ti y a lo cachonda que me dejas, a punto de entregarme.Se levantó de la silla, se arremangó la chaqueta, me iclinó el cuerpo hacia delante, me abrió ligeramente las piernas y zas, entre las piernas, zas, otra y otra.–Que me pone muy perra verte ...
    ... así.Se tumbó de medio lado en el sofá, estaba muy sexy con el traje de la oficina, los zapatos, la blusa. Su belleza me desarmaba. Yo la adoraba y ella se dejaba.–Ahora sigue tú,–me dijo.–Y esmerate que hoy vengo subidita.Era una de sus momentos preferidos. Ella bien vestida, yo practicamente desnudo, con el paquete bien a mano. Me colocaba a su espalda para poder hablarle de cerca. Una de mis manos metida entre sus piernas trabajándole el chochito. Mis piernas bien abiertas ofreciéndole mis huevos y mi polla para su diversión.–Fuera de la oficina te agarraste fuerte a él, –comencé–.Para qué notará lo caliente que estabas. Llevabas puesta la gabardina. Te voy a contar un secreto. Muchas veces cuando llevo esta gabardina voy completamente desnuda. Me meto en el baño, me pongo en pelotas y salgo a la calle. Es comodísimo. Lo malo es que algunas veces se me olvida que estoy denuda. Subo al autobús y con el roce de la gente, los achuchones se me abre la gabardina y voy por ahí enseñándolo todo. Más de un disgusto me he llevado, aunque también más de alguna satisfacción.Te adalantaste unos paso para ponerte frente a el.–Y ahora llevo o no llevo ropa. –Te abriste el abrigo, ibas vestida, menos mal, si no a nuestro querido Pedro le da un infarto.–Muy bien cariño, me estás poniendo muy cachonda, a ver esos huevos. –Zas, zas. –Sigue.Le llevaste al Marrano. Un bar de hombres de los de antes, sucio y grasiento, con váteres de los de hacerlo de pie, de los que hace mucho que no ven una ...
«1234...»