42.2 Una rosa de regalo
Fecha: 01/06/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... como el Louvre de París y merecerá la pena, vendremos los dos. -tiré de su mano para seguir caminando.
Había pasado la mañana y buscamos un lugar donde comer, el restaurante de Martine me parecía en esos momentos un lugar quizá muy serio, necesitaba verme envuelto en un ambiente joven y fuimos a parar a la calle donde tiene su casa Rafael, allí hay cantidad de bares donde se puede regalar al estómago con agradables alimentos, desde bocadillos a la comida más sofisticada de la cocina francesa.
No era mi intención encontrarme con alguien conocido, pero vimos a Natalia con otras dos amigas y me llamaron desde la mesa donde se encontraban sentadas. Miraban a Gonzalo y se lo comían con los ojos, dejé mi rosa sobre la mesa y mi amiga la cogió para llevarla a su cara, su sonrisa cómplice brilló imaginando que tenía un significado especial para mí.
Habían pedido para comer patatas fritas con diversas salsas y mejillones al vapor, hicimos el mismo encargo y acertamos, estuvo todo delicioso y además de hablar le vi comer con ganas. Me sentía cada vez más enamorado, si eso pudiera ser.
Tuvieron que notar que había algo entre nosotros, por la forma de mirarnos y sus maneras galantes de ofrecerme una salsa que él ya había probado, no les reprocho que siguieran coqueteando con él y queriendo llamar su atención, resultaba difícil sustraerse a su atracción. Un hombre de veintiséis años como él, con su simpática seriedad e impresionante cuerpo, la belleza morena de su rostro, ...
... para unas chicas de apenas veinte o veintiún años tenía que representar un sueño.
Para ellas.
Para mí.
Para cualquiera que supiera ver la varonil belleza que irradiaba y se desprendía de toda su anatomía.
Nos despedimos de ellas y cuando paseábamos de vuelta al hotel, al lado del parque de la Ciudadela y el Zoo, me llamó Rafael para preguntar si iríamos a la noche donde Evans.
Cada uno iría por su cuenta y nos veríamos allí, mi rosa estaba perdiendo su fresca pureza, pero para mí era un tesoro y la conservaba en mi mano.
Estábamos cansados y nos tumbamos en la cama un rato, sin quitarnos nuestra ropa interior y después de besarnos un rato, sin más, solo besar con calidez nuestro rostro y acariciarnos sin llegar a tocar nuestra virilidad, deslice mis dedos por su mejilla.
-Enamoras a cualquiera, ¿ya viste lo alocadas que estaban las chicas por ti?
-También a ti te miraban. –sí, me miraban, pero de otra manera que a él.
-Ya, puede ser que tengas razón, a ti se te ve tan masculino, tan varonil que embrujas a toda mujer, por mí no pueden sentir lo mismo, ¿no crees que se me ve un poco afeminado? -se gira para mirarme y pasa sus dedos por mi cara.
-Ni se te ocurra pensar así, en todo caso se te puede ver como un hermoso ninfo, erótico y deseable, además a mí no me importa cómo te vean los demás, no conocen nada de ti. –nos quedamos dormidos, un sueño ligero de no más de una hora.
Mientras Gonzalo va al baño hago una llamada al padre de Ray, éste ...