p) Intenso primer trimestre
Fecha: 03/06/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... eran que Óliver era más guapo que Davy, varonil y dominador como ninguno, y con la verga mas chica aunque suficiente.
Davy, aparte de lo físico resultaba un misterio, también era viril y macho, amable y comprensivo, pendiente de los demás, generoso, y gozaba del sexo con él, aun no como con Óliver, pero sospechaba que sería hasta mejor cuando estuviera totalmente recuperado, si para ese momento seguía deseándome. Aunque fuera muy cínico lo que pensaba, debía reconocerme a mí mismo, que de distinta manera y motivos, me encantaba ser follado por los dos.
Había pensado emplear el sábado para ir de compras, tener preparados con tiempo los regalos de Navidad y despreocuparme. Pedí permiso a Davy para comprar un pequeño juguete a cada niño y que pudieran utilizarse en el grupo.
Le hablé a Óliver de mi intención y si quería acompañarme. No lo dudó un segundo y se le alegró la cara, tenía una larga lista de cosas que deseaba, ropas principalmente, cada vez se volvía más presumido. El sábado aprovecharíamos cuando mi padre acompañara a los mellizos al entrenamiento, no quería que ellos estuvieran para que lo que les comprara resultara una sorpresa. También me ilusionaba poder salir con mi hermano, nuestra relación se limitaba, desde hacía tiempo, a lo que hacíamos en la casa, y en la cama.
A la mañana me ayudó amablemente a preparar el desayuno y recoger la casa cuando los demás se fueron, estaba nervioso e ilusionado y aprovechaba cualquier aproximación para besarme y ...
... decirme que me encontraba muy guapo, dándome algún cachete cariñoso en el culo. No le veía tan dedicado a mí desde hacía mucho tiempo, deseando agradarme y esa actitud me seducía. En ese momento resultaba un apetecible bombón para comérselo.
Primero compramos los regalos para los niños, sencillos y no muy caros, esos se los dejaba a Davy y encargué que se los llevaran a casa, había hablado con Juan para que los guardara. A los mellizos les compramos zapatos deportivos y dos gorras rojas con rayitas blancas de visera, a los dos iguales y evitar así que discutieran, a papá un móvil, el que tenía era viejísimo y no cargaba bien, llegó el momento de Óliver, se estaba aburriendo e impacientando.
Había notado, en la calle y haciendo las compras, como mi hermano resultaba objeto de deseo de la mayoría de las chicas, algunas mirándole descaradamente el paquete que marcaba en la entrepierna, algún chico también lo hacía. Óliver lo sabía y ese culto, envuelto en admiración y deseo, le agradaba y ensoberbecía devolviendo miradas displicentes disimulando lo que sentía.
Compramos un montón de ropa, pantalones, polos, y tuvimos que volver a por unos zapatos, como los que habíamos comprado a Rafa y José, para él. No se cansaba, también se lo merecía, había sacado unas notas en el instituto como nunca, tuvimos que encargar que enviaran a casa algunas de las compras, sobre todo los zapatos que resultaban voluminosos.
Comimos en un KFC y casi me había gastado todo el dinero que ...