El relato hecho carne
Fecha: 08/06/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... enfrascada del todo en darle gusto a Alberto que magreaba los melones de su mamona mientras yo me relajaba viéndoles disfrutar. Unos minutos después Ana se sentó en esa tranca y comenzó a follarse a su gusto, sin mirar por nadie más que por ella. Yo estaba de nuevo en forma, le susurré si le apetecía un sándwich, aceptó y Alberto también, así que el sacó un poco su polla, metí la mía del todo en el culo de Ana y después volvió Alberto a colocarse bien. Ana gemía, bufaba, nos insultaba, hacia mucho tiempo que no la follaban así, desde el verano pasado en Almería. "Si queréis conservar vuestros rabos no paréis cabrones, me estáis reventando a base de bien pero no paréis por Dios, os juro que me estáis llevando al cielo, seguir, seguir", nos decía con la voz entrecortada por la excitación. Los orgasmos se le acumulaban, tres seguidos nos confesó, Alberto fue el siguiente, y Ana me pidió que terminase también en el coño. Húmedo y muy caliente encontré su chochito, empujé, la follé con ganas y según la oía gemir y notaba sus contracciones estallé en su interior, mezclándose mi leche con la de Alberto, empapando todo el coño por dentro y por fuera. Alberto volvió a su habitación y nosotros nos dormimos.
Al día siguiente, a la hora del desayuno, el ambiente continuaba cargado de sexualidad. Las chicas nos picaban comiéndose los croissants de una forma muy lasciva y corrían a lamernos los labios si algo quedaba pegado en ellos. Yo me calenté y le ofrecí a Julia terminar de ...
... desayunar sentada encima de mí, aceptó y Ana se sentó encima de Alberto imitándonos. Tremenda jodida le pegué a esa chica, espatarrada, con mi polla taladrándole el coño, se pellizcaba los pezones mientras yo me ocupaba de su clítoris. Julia, desatada ya en su deseo, le decía a su novio. "Vamos, follate a Ana delante de mi, quiero ver como la jodes mientras me taladran el coño, vamos cabrón follatela para mi". Ana dejó sus enormes tetas para Alberto y ella se ocupó de su chochito al tiempo que se la follaba Alberto. Ambas se removían inquietas, se apoyaban en la mesa para facilitarnos las embestidas y gemían casi al unísono. Alberto cogió a Ana, la tumbó de espaldas en el sofá, puso los pies de mi chica en sus hombros y comenzó a bombearla el coño con una velocidad alucinante, haciendo gritar a Ana como pocas veces lo hace. Yo, que no quería ser menos, le pedí a Julia que se girase, y una vez sentada de frente a mi, me levanté, la apoye contra la pared y me la follé de pie, abrazado por sus piernas.
Antes de corrernos, cambiamos de parejas y acabamos los polvos cada uno con su chica, Julia se sentó encima de Alberto, besándole con pasión y abrazados se corrieron casi al tiempo. Yo lo hice con Ana en la posición del misionero y cuando me corrí, la besé y nos quedamos abrazados en la alfombra.
Nos duchamos, nos vestimos y Julia y Alberto salieron para su casa. Quedamos en vernos pronto, y nos mantenemos en contacto. Ana y yo recordamos a menudo lo que hicimos con ellos y lo ...