Mi tía Angelina
Fecha: 08/06/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: el tuzo, Fuente: CuentoRelatos
Mi tía Angelina tiene 36 años de edad, no es tan bonita, pero tiene un cuerpo muy bien cuidado y viste de una manera muy sexy, falditas cortas y zapatillas altas que la hacen parecer como una chica de menor edad. Yo casi nunca conviví con ella, pero, aun así, siempre que la encontraba en la calle o coincidíamos en algún lugar, intercambiábamos dos o tres palabras, y admito que, durante mi adolescencia, a su salud, era cada una de las pajas que me hacía, en esa edad de la punzada en la que no pasaba día sin masturbarme.
El tiempo y mis actividades me alejaron mucho de ella, comencé la universidad y después me case en otra ciudad por lo que difícilmente regresaba a mi lugar de origen, sitio mismo en el que ella vivía, fueron casi 10 años sin saber de ella y en alguna ocasión que fui de visita a casa de mis padres, me entere en pláticas que mi atractiva tía tenía dos años de divorciada y que sus 3 hijas vivían junto con su padre en otro lugar bastante alejado, eso me despertó bastante inquietud, sabía que la dueña de mi morbo estaba en casa sola y mejor aún, desatendida, por eso a la siguiente mañana aprovechando que todos en casa salieron a sus respectivas actividades yo me armé de valor y fui a visitarla, teniendo bien en mente que haría lo posible porque pasara algo entre nosotros.
Al llegar a su propiedad y luego de tocar la puerta salió a recibirme con una bella sonrisa, y hasta ahí todo era normal, pues no me veía desde que tenía 16 años y había regresado bastante ...
... cambiado. Inmediatamente me invitó a pasar y me ofreció una taza de café, aún recuerdo, era el mes de enero y hacia bastante frio. Ella se acababa de levantar porque vestía aún con pijama, con una bonita blusa de tirantitos y sin brasier, por el mismo bendito frío, note con claridad lo atractivo de sus tetas, que son pequeñas pero bien formaditas, lo único malo es que casi todo el tiempo de inicio se mantuvo de brazos cruzados evitando darme ese espectáculo que tanto ansiaba mirar.
Después de un largo interrogatorio por parte de ella, comenzó el mío y traté de sacarle detalle a todo lo que había pasado en sus últimos años enfocándome principalmente en el ámbito sexual, fue ahí donde mi cuerpo comenzó a temblar y la verdad era porque estaba bastante nervioso, cuando ella se dio cuenta, culpé al frio por mi sentir y lo disimulé bastante bien, así pasaron un par de horas y llegado el medio día me ofreció ver una película mientras ella se bañaba ya que debía salir más tarde. Yo acepté, pero la realidad es que no miré la película pues en ese instante mi mente ya estaba ingeniando cómo hacer para poder espiarla mientras se aseaba. Claro que se dio cuenta de eso y me lo dijo mucho tiempo después, pero en ese instante lo disimuló bastante bien, yo tontamente creí tener el control, pero la realidad es que siempre lo tuvo ella.
En fin, cuando entro a la ducha dejo entreabierta la puerta, según ella para que nos escucháramos con claridad mientras seguíamos charlando, yo estaba que ...