1. Sexo casual con un pequeño platónico


    Fecha: 10/06/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... admiré y me gustaste – le confesé – No es que tuviera un crush por ti o algo así… creo que más bien fue un “amor platónico” porque yo sabía que nunca te fijarías en mí ni te llegaría a gustar. De hecho, no tengo idea de por qué estás aquí, si hace rato me bateaste gacho. No es que te esté despreciando, al contrario, le agradezco al cielo o a quien sea por todo esto – y nos señalé sonriendo, desnudos.
    
    - ¿Y tú cómo sabes si me gustas o no? – me reclamó un tanto airada – Eso es lo que pasa con los hombres, que siempre asumen cosas cuando ni siquiera tienen la decencia de preguntarnos y para colmo actúan en consecuencia
    
    - ¿Te gustaba o te gusté en algún momento? – le pregunté y esa duda me carcomía desde hacía mucho tiempo
    
    - Bueno, no… - me confesó y algo en mí se quebró, aunque dicha información la sabía por adelantado – Además tú siempre andabas con alguien.
    
    - En eso llevas razón – admití – Bueno, para el caso es lo mismo – corté el rollo para tratar de tranquilizarla, a pesar de que me encantaba verla así, cuando sus emociones crecían en intensidad. Era eso, precisamente, uno de los rasgos más atractivos para mí – Te prometo que no te voy a buscar ni te mandaré mensajes cursis o corta venas. Entiendo que hay innumerables factores que harían de la supuesta relación, algo quimérico. Me gustas y siempre me has gustado. Mucho, muchísimo, pero no soy tonto.
    
    - ¿Te gustaría que esto llegara a más? – preguntó y me miró con más seriedad
    
    - Eso tampoco es algo sencillo ...
    ... de responder – comenté tratando de apartar la mirada de ese cuerpo que comenzaba a excitarme nuevamente y no pude reprimir la erección que se me estaba formando. Ella lo notó y sonrió levemente – Sin pensarlo, por supuesto que sí. Pero cualquier decisión referente a esos temas, siempre se tiene que considerar. Ambos somos padres de dos criaturas y tenemos trabajos que no nos gustaría dejar. La distancia es otro punto a considerar. No nos conocemos lo suficiente para emitir un juicio correcto de ambos y, sinceramente, a esta altura del partido me daría hueva volver a empezar en aras de un incierto. Hay muchas, muchísimas otras cosas que intervienen…
    
    - Se ve que lo has analizado mucho – apuntó con precisión quirúrgica, delatándome
    
    - Bueno, como te dije, me gustas y mucho y en algunos momentos pensé… - comenzaba a confesarle de nuevo, pero eso no nos llevaba a ningún lado… a menos que ella quisiera, pero no… eso no podía ser – Mira, la noche aun es joven y como verás – comenté señalando mi verga y me acerqué a ella, acariciando sus piernas – quiero que continúe. Después de que terminemos, puedes mandarme a la chingada como mejor prefieras y prometo no agobiarte con nada.
    
    Cómo única respuesta obtuve un beso y su mano sobre mi miembro, masturbándolo. Nuevamente tomé la iniciativa y me coloqué sobre ella, saboreando cada momento y cada segundo que durara aquella fantasía que se había vuelto realidad, esperando poder corresponder, aunque sea un poco con todo el placer que ...
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