1. De esclava a amante


    Fecha: 16/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que ya estaba tiesa.
    
    - Tú has ganado – me dijo al oído.
    
    - ¿Si?
    
    - Si, estoy deseando que me folles, quiero sentir tu polla dentro de mi.
    
    Mientras que con una mano seguí acariciado su clítoris y sus labios vaginales, incluso introduciendo los dedos en su vagina, con la otra estrujaba sus pechos, y pellizcaba un pezón, y el otro lo mordisqueaba. Sus gemidos fueron en aumento, realmente estaba muy excitada.
    
    - Métemela, estoy a punto de llegar.
    
    Me puse entre sus piernas, me agarre la polla, sin llegar a metérsela, roce su clítoris y los labios vaginales.
    
    - ¡Cabrón! métela.
    
    - Y tú eres una puta.
    
    - Si, soy tu puta, quiero sentirte dentro.
    
    En ese momento, tenso el cuerpo, alcanzo su primer orgasmo, y fue el momento que escogí para metérsela, la cogí de los muslos y se la metí, fue una penetración profunda, ella reacciono con un grito. Seguí empujado, ella se cogía a la almohada, a las sabanas, no sabia a donde cogerse, pronto experimento un segundo orgasmo, o puede que fuese una prolongación ...
    ... del primero, nuevamente tenso el cuerpo arqueándolo, lo que hizo que la penetración fuese mas profunda.
    
    No pare, me deje caer sobre ella y seguí empujando con movimientos pélvicos, cada vez mas rápidos, sus gemidos eran constantes.
    
    Giramos sobre la cama quedando ella encima, sobre mi, arqueo su cuerpo hacia tras llegando a tocar la cabeza en la cama, se contorsiono como en sus mejores tiempos de gimnasta, eso me permitió acariciarle el clítoris, tal era su excitación que sentí como su cuerpo se estremecía. Volvió a incorporarse, dejándose caer sobre mi, entre jadeos.
    
    - Estoy a punto de llegar de nuevo, lléname quiero sentir tu leche dentro.
    
    En ese momento mi polla comenzó a echar leche, lo que hizo que ella alcanzara otro orgasmo.
    
    Permanecimos abrazados durante unos minutos.
    
    - ¡Dios! Creo que ha sido el mejor polvo de mi vida, y ha tenido que ser con un niñato.
    
    - De niñato nada, soy tu amo y señor.
    
    - Sí mi amo y señor.
    
    Nos reímos, empezaba a entrar en el juego, y lo mejor era que le gustaba. 
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