Cogí con mi novia, su madre y sus hermanas (Capítulo 16) El pene chico ya no es
Fecha: 17/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: felodel2005, Fuente: CuentoRelatos
... Mariano en mi vida – Dijo la madre de Majo mientras dejaba rodar una lágrima por sus mejillas.
- ¿Pero qué pasó?
- Me está engañando el hijo de puta ¡Qué humillada me siento!
- Bueno, no te preocupes te podés quedar el tiempo que quieras.
- Gracias ¿Está la niña?
- Sí. Sí querés la esperás, se está bañando. Yo te dejo, me tengo que ir a trabajar.
Mientras conducía al trabajo no podía sacarme de la cabeza la noticia. No quería que la madre de Majo conviviera con nosotros. Todo nos salía tan bien que temía que la presencia de Mariajosé pudiera dañarlo. Cuando llegué al trabajo me fui olvidando un poco del tema.
Con el paso de los días esa sospecha se fue haciendo realidad. Mariajosé permanecía casi todo el día bebiendo whiskey tirada en un sillón. Era normal que estuviera ebria casi todas las noches, en ese estado era intrusiva; le importaba poco meterse en nuestra relación, dar consejos de mierda a Majo; trataba de convencerla de que yo era un don nadie. No le importaba llegar al insulto, de verdad era un infierno tenerla en casa.
Tampoco le importaba mucho tomar mis cosas o mi dinero, era completamente abusiva. Me desquiciaba. Y lo que colmaba mi paciencia era que en ocasiones era tan cruel, que hacía sentir mal a Majo al punto de hacerla llorar.
Constantemente le comentaba a Majo que quería que su madre se marchara. Ella aseguraba comprenderme, de hecho, me decía que ella también deseaba que se fuera. Pero no estaba dispuesta a ser ella quien le ...
... dijera que no la queríamos más en casa. “Si querés que se vaya se lo decís vos. Yo no fui la que le dijo que se podía quedar el tiempo que se le antojara…”.
Siempre que discutíamos por la presencia de su madre llegábamos al mismo punto, si alguien debía echarla era yo. Majo era incapaz de hacerlo y, por supuesto, yo tampoco me atrevía.
Esos días se fueron convirtiendo en meses. Mariajosé no se marchaba ni pensaba hacerlo, eso me quedaba clarísimo. De verdad que era una situación insostenible, no lo aguantaba más.
El sexo con Majo también fue disminuyendo. Cada vez que estábamos a punto de hacerlo o lo hacíamos Mariajosé llegaba a interrumpirnos. Obviamente se hacía la estúpida, fingía entrar para preguntar algo. Majo y yo teníamos que aprovechar cualquier salida de su madre para hacerlo, pero siempre con mucho apuro.
Las discusiones se hicieron cada vez más frecuentes en nuestra relación. Los dos teníamos claro que las cosas no estaban funcionando, pero nos ocupábamos de culparnos mutuamente. A pesar de eso, no se me cruzaba la idea de abandonar a Majo. Sabía que esta sería una de tantas pruebas que tendría nuestra convivencia.
Las cosas empeoraron una tarde que Majo llegó muy emocionada a casa.
- He conseguido trabajo en España – Fue lo primero que dijo cuando entró.
- Eh…
- Sí sí. Me voy este viernes ¿No te alegras por mí?
- ¿Aceptaste un trabajo en otro país sin comentarme nada?
- Es una oportunidad única. Un contrato por un año inicialmente ...