Cogí con mi novia, su madre y sus hermanas (Capítulo 16) El pene chico ya no es
Fecha: 17/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: felodel2005, Fuente: CuentoRelatos
... como gerente de una multinacional. Es un sueño, una oportunidad que no puedo dejar pasar.
- Pero Majo, esas son cosas que tenemos que tratar como pareja.
- Me voy a ganar el doble. Mi curriculum va a ser apetecido por una infinidad de empresas. Es una empresa que da capacitación permanente ¿qué es lo que no te suena?
- Es que no se trata de dinero. Lo de tus aspiraciones lo comprendo, pero ¿no te interesa lo que yo opine?
- Igual, va a ser solo por un año.
- ¿Y si se prolonga?
- Bueno, pues si se alarga te venís conmigo.
- Pero yo no me quiero ir ¿me lo consultaste?... Me gusta vivir aquí, tengo a mi familia, mis amigos y un buen trabajo. Estamos pagando aún este departamento…
- Y lo vamos a seguir pagando ¿No entendés que me voy a ganar el doble de lo que me gano?
- Creo que no comprendés nada de esto.
Salí del departamento enojadísimo. Subí al auto y me fui a la casa de un amigo a pasar la noche. No quería saber nada de Majo en ese momento.
David es uno de mis mejores amigos de toda la vida. Vive solo en una lujosa zona de la ciudad. Tiene bastante dinero y se da una buena vida viviendo solo. Esa noche tenía planeado ir de putas. Apenas llegué a su departamento me lo comentó. Yo accedí a acompañarlo y quizás a pagar un bailecito, pero no iba a coger con ninguna puta. David trató de convencerme de que me cogiera a alguna, aprovechando que estaba furioso con Majo. “Te lo merecés”.
Pero yo no estaba dispuesto a traicionar a Majo a pesar de ...
... mi enojo hacía ella. Mucho menos lo haría con una puta. Así que accedí a acompañarlo nada más. De esa noche no hay nada para rescatar, pagué un baile, bebí un par de tragos y nada más.
Al siguiente día volví temprano a casa. Aún estaba enojado con Majo, pero sabía que debía tratar de hacer algo para convencerla de que no se fuera. Pero ella estaba firme sobre su decisión. No había marcha atrás. Le reproché el hecho de haberme casado con ella y tener que convivir con su madre. Ella siempre insistía en que sería por un tiempo nada más.
Majo se marchó. Quedé solo, triste y preocupado. No podía concentrarme en el trabajo por estar pensando en ella, y en las noches volver a casa se me hacía una tortura por tener que soportar a Mariajosé. Era cada vez más atrevida y parecía no sentir vergüenza nunca.
Una noche, habiendo pasado dos semanas desde la partida de Majo; Mariajosé entró a mi cuarto vistiendo una bata. Me miró fijamente y empezó a abrírsela.
- ¿Hace rato que estás esperando esto cierto?
- No, no te equivoques. Yo solo tengo ojos para Majo
- No finjas, toda tu vida me has deseado.
- Que no mujer, que no me interesas.
- Vamos bésame.
Se acercó y se arrojó sobre mí y empezó a besarme. No duro mucho porque la aparté de inmediato. Le reclamé por lo que hacía y le pedí que se largara; de verdad quería que me dejara en paz. Pero esta mujer creo que no comprendía esas palabras.
Más tarde en la noche estaba durmiendo. Relatar esto se me hace complejo ...