Mi mujer y yo casi a la fuerza - Relatos Eróticos

Mi mujer y yo casi a la fuerza

... oído, no nos van a hacer daño, acabemos esto cuanto antes para que se vayan y nos dejen en paz...

.- Eh Eh, no tan deprisa, nosotros seremos quienes digamos cuando va a acabar, tú serás testigo de lo que tu mujercita es capaz de hacer, seguro que no le das la caña que necesita, siempre pasa igual, todas acaban disfrutando por más que se resisten al principio.

Esas palabras me empezaron a remover por dentro, por lo visto no era la primera vez que hacían esto. Yo pensé que mi mujer tal y como era se resistiría y que sería un trauma para ella pasar por esto, por lo que la insistí para que no se resistiera por el bien de los 2, que cuando esto pasara haríamos lo posible por olvidar.

Vi como el castaño saco de una bolsa un trípode y una cámara de video y asustado pregunté

.- ¿pero para que queréis la cámara de video?

.- Tranqui tío, ya verás como al final me lo agradeces, si os portáis bien hasta os daremos una copia para que disfrutéis cuantas veces queráis,...

Colocó la cámara y soltó a Belinda, apartó una mesita que había en el salón y la ordenó ponerse en el centro, encendió la cámara y la conecto con un cable largo a la televisión del salón, busco el canal del video y apareció el plano que cogía la cámara con mi mujer en el centro:

.- Muy bien preciosa ahora te vas a imaginar que eres una bailarina de striptease y vas a empezar a quitarte la ropa muy sensualmente, imagina que estás haciendo un casting para una película y que compites con otras muchas ...

... aspirantes, así que tienes que ser convincente y ponerme cachondo de verdad...

Ella estaba parada y me miraba fijamente con pena y resignación, como pidiéndome autorización, me dijo "lo siento", yo la dije que estuviera tranquila y que se imaginara que estaba a solas conmigo, que yo no la iba a culpar por nada de lo que pasara, parece que mis palabras relajaron el gesto de su cara.

La verdad es que a pesar del momento estaba preciosa, tenía una coleta que recogía su larga melena negra, llevaba un top de algodón blanco que dejaba entrever su ombligo y marcaban sus tetas bajo un sujetador deportivo, y unos piratas blancos ajustados que dibujaban perfectamente la silueta de su tremendo culo.

El moreno volvió a replicar:

.- vamos niña que me estoy impacientando...

Belinda alzó sus manos para soltar su coleta, como un signo de querer taparse con el pelo por vergüenza, empezó a moverse de una manera lenta y torpe, mientras el moreno se acercó al mueble del salón donde teníamos un reproductor portátil de mp3 y lo puso en marcha intentando romper el hielo del momento, comenzó la música y Belinda bajo sus manos al borde inferior del top, y comenzó a subirlo lentamente y con ciertas dudas, mientras nosotros 3 contemplábamos el espectáculo, yo con resignación y atención, y ellos 2 con los ojos como platos y la boca entreabierta. Siguió subiéndose el top hasta que se empezó a ver el sujetador blanco, de esos finos de algodón, se le marcaban los pezones totalmente tiesos, ...