La dependienta me quiso chantajear (VIII) - Relatos Eróticos

La dependienta me quiso chantajear (VIII)

... rodillas, pero a la vez su polla o mejor dicho su enorme polla empezó a crecer.

-Eso para que otra vez no tengas que esperar a que te tenga que decir que te desnudes maricón de mierda.

Yo sabía, y además es lo que buscaba que estas palabras aun le iban a excitar más.

-Y ahora vamos a cenar, Belén a un lado, al otro lado Ángela y junto a esta se va a sentar el maricón.

-Maite.-Y yo?

-Siéntate ya maricón de mierda a que esperas a que te otra patada más fuerte?

Rápidamente se levantó del suelo y con su arma apuntando al frente, os recuerdo, que la polla de Manolo mide 32 cm., en pleno rendimiento, y se sentó en la silla que yo le había asignado.

Me fui a por la PUTA de Maite y cogiéndola del brazo, ya que por desgracia del pelo, que es como me gusta, no podía por lo corto que lo lleva, y tirando de ella bruscamente, tanto que casi hice que se cayera, la coloque de espaldas al maricón…

-Siéntatela en tu regazo y métesela sin contemplaciones maricón y no se os ocurra correros hasta que yo os autorice.

-Maite.-Que???...

No le dio tiempo a nada más pues el maricón la cogió como si fuese una muñeca y levantando un poco, la dejo caer sobre su polla, haciendo fuerza, no mucha, pues la diferencia de fuerza y peso era bastante considerable

-Maite.-Agggggg, sácala cabrón, me partes, por favor sácala, agggggg, noooo…

Empezó a llorar, y a gritar, pero cuando vio que no le entraba del todo y que si no colaboraba aun le iba a hacer más daño, echo su ...

... cuerpo un poco más para delante, para poder apoyarse un poco en la mesa, y ponerse un poco de puntillas, poco pues casi que los pies le colgaban.

En ese momento mire a Belén y a Ángela, y la cara de la primera estaba entre un poco de miedo, y mucha excitación, pero la de la segunda, me dejo un poco pensativo, pues era como de satisfacción, como si al ver a su cuñada así, sufriendo y llorando ante lo que tanto le gustaba, como si le hubiera vencido en algo, y eso me hizo ver lo que se odiaban las dos cuñadas, y que si se aguantaban era solo por el dinero de sus maridos.

Aunque esa cara de satisfacción no le iba a durar mucho, pues en el momento que el coño de Maite fue medio acostumbrándose a la polla del maricón, su dolor fue remitiendo, convirtiéndose en placer.

-Sentaros PERRAS, se van a enfriar las pizzas.

Antes de sentarme partí las pizzas en varios trozos, sirviéndome yo en mi plato.

-Ángela.-Yo no tengo hambre, puedo pasar? o también tengo que comer

Esto último lo dijo con retintín, aun le quedaba un poco de orgullo.

-Puedes comer o pasar, pero es lo único que vas comer PERRA, porque el postre que vas a tomar es líquido, así que tú sabrás.

-Belén.-No voy a consentir que contestes así PURITANA DE MIERDA, si mi Amo no te castiga yo sí, pedazo de PUTA.

Hasta a mí me pillo de sorpresa esta salida de Belén, pero en el fondo llevaba razón, había cometido una falta y tenía que pagarla.

-Belén.-Puedo Señor?

-Estas dos son tuyas esta noche PERRA, así ...