Primera vez con mi concuña - Relatos Eróticos

Primera vez con mi concuña

... nos fuimos al piso donde había tendido unas cobijas y empezamos a hacer el rico 69, unas cogiditas deliciosas sin faltar la rica culpadita, en ese culito rico y apretadito que cada vez se lo llenaba de leche, esa misma leche que le gustaba probar cada que me mamaba la verga.

Cada que lo hacíamos terminábamos cansados y sudando de lo maratónico que era hacerle el amor, así como planear el día en que iríamos a un motel a seguir haciendo víctimas de la pasión.

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Concuña: Se repetía una y otra vez el estar juntos. Cada vez eran más fuertes nuestras ganas de sentir nuestros cuerpos desnudos, sentir nuestro calor, cada que teníamos oportunidad hacíamos el amor. En otras ocasiones en la casa de mis suegros nos dábamos nuestras escapaditas para besarnos, abrazarnos y también darle sus manaditas a esa verga grande y jugosa que me vuelve loca. En una ocasión fue en el baño por circunstancias nos quedamos solitos por un rato y nos metimos al baño saco su verga grande y parada invitándome a ponerla en mi boca se la mame, pero me dejo con tantas ganas de hacerlo ahí mismo. Pero como siempre teníamos que frenar nuestros deseos. Así pasaron los meses hasta que llego el mes de marzo.me hizo una prueba de embarazo y salió positivo. Nunca dejamos de hablar por teléfono, chat etc. Y las ganas aun seguían tuvimos oportunidad de hacerlo de nuevo y a pesar de estar embarazada aun me daban unas ganas tremendas de estar con él y disfrutar de esa verga que tanto me ...

... gustaba. Lo hicimos varias veces hasta que por el mismo embarazo ya no fue posible. Nació mi bebe que aun a fecha no sabemos si es del fruto de esta aventura. Pase los 40 días y al poquito tiempo nos vimos de nuevo revivió de nuevo esa pasión que tanto nos gustaba y a la que ya éramos adictos. Era como si fuera la primera vez de estar juntos. Las ganas que nos teníamos de sentir nuestros cuerpos desnudos, disfrutando cada beso cada caricia. Pero ya era complicado hacerlo en la casa.

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Concuño: Fue así como un día decidimos ir a un Hotel en pleno centro a donde llegamos y ella llevaba una faldita que dejaba ver sus piernas y su culito, en cuanto entramos al cuarto empecé a besarla y tenerla presionada contra la pared para poder sentir su cuerpo contra el mío, la desnude por completo y poder recorrer su cuerpo entorno, ella me quito la camisa y desabrocho el pantalón dejándome en bóxer pero me tiro a la cama para quitarme el bóxer y dejar al descubierto mi verga que ya estaba bien parada y lista para que me la mamara y ella disfrutara del manjar de acabar en su boca.

Así estuvimos un buen rato hasta que hicimos un delicioso 69 y veía como se veía su clítoris rosadito que me decía ven soy toda tuya, hazme lo que quieras, hicimos de todo hasta terminar en una rica ciliada, cada vez eran más intensas las caricias, besos y abrazos, pero sabíamos una cosa que esas ganas teníamos que frenar una vez saliendo de ahí y cada vez que nos encontráramos en alguna ...