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Tarjetas Black 1
Fecha: 03/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos
... silla Róber hizo lo mismo y ambos comenzaron a atacarse frente a frente haciéndose duras críticas profesionales aunque realmente todo aquello era un duelo, un duelo entre la autoridad de un Delegado y la reputación de una contable. Pronto la situación llegó a un punto demasiado violento y de pronto…Yeimy se quedó muda de asombro cuando Róber dio un paso al frente lanzándole una mirada asesina. Róber acababa de invadir su espacio personal y Yeimy se quedó muda. ― ¿Qué haces? ― Dijo al fin la mujer tratando de empujar a Róber con sus manos ― Roberto dejó de mirarla con ira y sonrió, inclinándose para susurrarle algo al oído― Conseguir que te calmes, y llámame Róber, por favor. Ambos permanecieron a la espera en silencio mientras se miraban a los ojos estudiándose el uno al otro, hasta que Roberto se dejó llevar tomando lo que deseaba sin pedir permiso. Lo que podría conseguir bien merecía arriesgarse a recibir una bofetada. La besó con pasión mordiéndole el labio inferior. Yeimy se encontraba en una encrucijada. Por un lado, estaba muy enfadada con el Delegado pero por otro lado se sentía fuertemente atraída por aquel hombre implacable. Con aquel beso la había desarmado y aun así intentó soltarse si bien más por orgullo que otra cosa. Róber había notado en su mirada un atisbo de duda y ella lo sabía. Róber por el contrario, tomó a la joven esposa con más fuerza y la besó de nuevo. Esta vez Yeimy no se opuso si no que enfebrecida devoró los labios de aquel bastardo ...
... con un ardor compartido. La lengua de Róber hizo una incursión furtiva el interior de la boca de Yeimy. La empujaba contra la pared. Sus fuertes manos levantaban aquel corto vestido rosa acariciando con suavidad sus esculturales piernas. El tacto de las medias de liga sobre la carne de aquella mujer acabó de nublar la razón del hombre. Yeimy había ya sucumbido a los encantos de aquel monumento de piel morena. Róber la tomó del culo y la hizo sentarse sobre el escritorio junto a la pared mientras la seguía besando apasionadamente. El se quitó su chaqueta y cuando empezó a deshacerse de la corbata ambos oyeron un ruido en el pasillo. ¡Maldita sea, qué mala suerte! pensaron ambos al tiempo mirándose con vergüenza. A Eva se le habían olvidado algo y había regresado. Al entrar, Eva los miró negando con la cabeza. ― ¡Qué muchachos tan trabajadores! Eva no se percató de lo que estaba sucediendo pues cada uno se encontraba en su sitio. Eva sabía que aquellos dos acabarían discutiendo, porque ambos eran de esas personas que creen que todo lo hacen bien, que siempre creen tener la razón, así que tomó sus papeles y se despidió con un gesto de desaprobación: ― Adiós… y no peleen... dejen eso para mañana, ¡que ya es tarde! Yeimy estaba más asustada que excitada. Tomó su bolso y emprendió su huida del escenario del crimen.― Me voy ―dijo. ― Espera ― dijo Róber tomándola por la muñeca ― Suéltame. Haré como que no ha pasado nada. ― suplicó Yeimy. ― No, aún no ha pasado ...