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Un viaje de pequeñas vacaciones pero grandes en fantasías
Fecha: 08/07/2019, Categorías: Gays Autor: chente.dieguez, Fuente: CuentoRelatos
... ella cada vez más excitada. Ella me dice que va a llegar que no pare, y yo ya no puedo más y acabo dentro de su ano en medio de un orgasmo de ella muy intenso. Al levantarnos en la mañana, fuimos al restaurant para el desayuno, y caminamos por la piscina, allí estaban los chicos del billar. Me acerco y le digo, ‘mira los chicos que ayer te veían, yo creo que más de uno se la hizo en tu nombre’. Mi pareja me dice que quiere ir a descansar un poco, el licor que tomo anoche no fue normal. Yo voy recorriendo el lugar y veo un spa en un costado de la piscina, me acerco a ver que ofrecen, al entrar una señora de nombre Ana, me hace llegar una cartilla de lo que ofrecen, allí puedo leer descontracturante, relajante, adelgazante, antistress, así como otros más, pero existía uno que decía masaje erótico. Me acerco a la Sra. Ana y pregunto por este. La Sra. Ana me dice que es un masaje erótico que intenta hacer que ambos estén a punto de un contacto sexual, descubriendo las zonas erógenas y activándolas para que tu deseo sexual sea como un volcán a punto de erupción. Le digo, yo quisiera anotar a mi mujer y ver el masaje, eso puede ser. Claro me responde Ana. Apunté el nombre de mi pareja para las 4 pm para este tipo de masajes, directamente lo cancele. Subí a la habitación, ella estaba dormida, me acosté a su lado, y me quede dormido también. A la una de la tarde nos levantamos y bajamos a comer, le digo que ya sé cuál será la penitencia. cual pregunta ella, ...
... ‘quiero que te des un masaje, solo eso’. Como a ella le gustan, no comento nada. Bajamos a almorzar y aprovechar para acostarnos en la piscina. Al llegar las tres de la tarde subimos a la habitación, vimos TV y cuando se llegó la hora para el masaje, ella se colocó un traje de baño de dos piezas, negro con tiras de colores. Llegamos al spa y nos atendió una señora Ana, muy simpática y nos dice que pasemos al área de espera, me ofrecen una cerveza y mi pareja pide un vino tinto. A los cinco minutos nos dicen que pasemos, nos atiende un hombre como de 35 años, blanco, muy atlético con short y franelilla blancas. El espacio era amplio, con una camilla para masajes y un sillón reclinable. Le dice a mi pareja que se acomode y se acueste boca abajo. El masajista se coloca a un costado de ella colocándole un aceite con un spray por los hombros y un poco más debajo de la nuca y comienza a realizar el masaje por esta área, sus manos realizan un paso suave y pausado, ella voltea a verme y me envía un beso. Era evidente que estaba relajada, seguía colocando aceite aromático por la espalda y masajea con un poco más de intensidad. Mi pareja tenía un paño que cubría sus glúteos, la cual el masajista retira lentamente, su cuerpo queda totalmente expuesto al masajista, comienza a masajear por el costado de las preciosas nalgas y con un movimiento algo tierno desata las tiras posteriores de la parte superior del traje de baño, así como también en la nuca, el masajista hace halagos a la ...