Sex on the beach
Fecha: 10/07/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... cocteles, al punto, pruebo mirando la cara del maestro coctelero, me abre los ojos y dijo:
— ¿Qué?
— Joder, esto está de puta madre, me dejo follar por quien lo hizo y si me prepara otro en diez minutos suyo es mi culo toda la semana, respondí.
Todo el mundo se reía de mis paridas, pero nos tomamos los dos cócteles cada uno y Lizardo pagó y propinó fuerte al barman. Salimos y nos fuimos al aparcamiento. Le pregunté:
— ¿Vamos a pie por el paseo marítimo o quieres llevar el coche?
— En coche, ¿no?
— ¿Cómo te sientes?, porque has bebido.
— Todavía no hace efecto, vamos en coche tranquilamente y despacio, ¿sí?
Fuimos a la parte nudista que no estaba muy lejos, ni necesitábamos salir a carretera. Llegamos y lo de siempre. Tendimos las esterillas, la de Lizardo perpendicular al mar y la mía en paralelo, para que mi cabeza la pusiera sobre el pubis de Lizardo. Fácil era desnudarnos, consiste en quitarse lo poco que ya se lleva encima. Cuando íbamos a tumbarnos, vimos dos chicos que estaban al lado y eran conocidos de Lizardo, los saludó y me acerqué. Uno de ellos me dijo:
— Buena medida usas...
— Gracias...
— ¿Se podrá probar?
— Sin inconveniente, amigo, para eso está...
Continuó Lizardo conversando con ellos y cuando comenzó lo más morboso, le dije:
— Queda tú con ellos, para todo, voy a refrescar mi calentura, porque me estaba empalmando de escuchar las propuestas de Lizardo y su amigo.
Lizardo no tardó en venir donde yo estaba y se me ...
... echó encima diciéndome:
— Quiero ahora un «sex on the beach».
Lo abracé, lo besé, junté mi cuerpo al suyo, ambos estábamos bien empalmados dentro del agua y le dije:
— Te están haciendo efecto tus Bloody Mary, mejor sería calmarnos un poco aquí y salir a tomar el sol o quizá dormir incluso, luego te aseguro que tendrás tu «sex on the beach» porque aquí sería «sex in the sea».
Se la agarré con las manos y lo masturbé dentro del agua, me hizo lo mismo y allí nos calmamos de momento. Nos besamos y afuera. Nos embadurnamos de protector, aunque ya no hacía tanta falta y añadimos encima un bronceador en pasta muy efectivo. Dormimos los efectos de nuestros cócteles y casi al mismo tiempo despertamos, perfectamente sanos. Con ganas, la vejiga llena de orina y la polla dura.
Al levantarnos, nos fuimos detrás de las dunas para echar una meada, las dos cayeron en un hoyito de arena que nunca se llenó con ser abundante entre las dos meadas. Ahora correspondía lo que ambos teníamos en mente, comenzar una mamada, pero llegaron los amigos de Lizardo y el que había hablado conmigo se puso delante de mí de rodillas y comenzó a mamarme la polla. Vi que Lizardo hizo lo mismo ante su amigo y ahí nos tenías a los cuatro en el comienzo de la acción. Mi mamador me miró y yo hice saliva para soltarla sobre mi polla y la recogió en la boca para seguir mamando mi falo que ya estaba al límite de sus posibilidades de crecimiento.
Mi mamador, cuyo nombre no sé ni me interesó, se dio la ...