1. El calvario de Luciana (3)


    Fecha: 12/07/2019, Categorías: Hetero Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... algo pastosa, y agregó: -Sé que la doctora Mónica me ayuda.
    
    -Claro, tesoro, y yo también estoy para ayudarte. Me llamo Luisa. La señora Emilia me ha designado para que te atienda.
    
    -La señora Emilia. –repitió Luciana.
    
    “Mmmmmmhhhhhhhh, ésta ya está en el horno”, pensó la mucama advirtiendo el estado mental que presentaba la joven. “la doctora es una genia.”
    
    -Bueno, querida. Descansá que te va a hacer bien. Más tarde te traigo una rica cena.
    
    -Gracias, Luisa. Usted también me va a ayudar.
    
    -Claro, pichona. Nos vemos. –dijo y salió de la habitación para ocuparse de la cena de la prisionera.
    
    Mientras tanto, Emilia acompañaba a la doctora Mónica hasta el garage y con la médica ya lista para partir ambas intercambiaron los últimos comentarios sobre Luciana:
    
    -Bueno, pasado mañana vengo a las seis de la tarde y le doy la segunda sesión de hipnosis. Si hubiera algo raro llamáme, pero no creo.
    
    -Okey, y otra cosa, supongo que no conviene que me la coja, ¿cierto?
    
    La doctora lanzó una carcajada y dijo:
    
    -Por supuesto que no, Emilia, controlá tu calentura por unos días, hasta que esté lista. Después podrás hacerle lo que quieras.
    
    -Vale, pero estoy ardiendo. Lástima que a vos no te gusten las mujeres, porque mirá que estás buena, eh…
    
    La doctora sonrió nerviosa y puso en marcha su camioneta.
    
    De regreso en la casa Emilia marcó el número del celular de Graciela, que atendió a punto de irse de la inmobiliaria:
    
    -Estoy ardiendo… tendida en mi cama… desnuda ...
    ... y tocándome… muy mojada…
    
    La arquitecta escuchó esa voz enronquecida, se pasó la lengua por los labios y respondió:
    
    -¿Qué me estás sugiriendo, Emilia?
    
    -Me tienta darte una orden…
    
    -Dámela y te obedezco…
    
    -Vení…
    
    -¿Es una orden?...
    
    -Lo es…
    
    -Entonces te obedezco…
    
    Media hora después Graciela llegó a la mansión deLa Horqueta, le fue franqueado el portón de entrada, avanzó con su automóvil hasta llegar al garage y cuando descendíó del vehículo se encontró con Emilia totalmente desnuda e iluminada por la luna.
    
    Al verla Graciela rió entre divertida y excitada:
    
    -Estás loca…
    
    Los perros ladraban, atados.
    
    Emilia avanzó hacia ella, le rodeó el talle con sus brazos y le buscó ls boca con sus labios entreabiertos. Se besaron apasionadamente, poniendo a jugar sus lenguas una con la otra. Al cabo de un momento se apartaron jadeando, mirándose intensamente a los ojos.
    
    Graciela se entregó a las manos de Emilia que la desnudaban lentamente mientras esa boca sabia recorría su cuello, el lóbulo de sus orejas, sus mejillas, sus labios de los cuales brotaban gemidos. Por fin estuvo tan desnuda como la dueña de casa, que la derribó sobre el césped, de espaldas y se tendió luego sobre ella besándola largamente en la boca.
    
    Graciela era un volcán en erupción y dejaba que Emilia hiciera, que la trabajara con toda su experiencia lésbica, que recorriera su cuerpo incendiado por esos besos, esas caricias, ese deslizarse de las yemas de los dedos sobre la piel, esos ...
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