1. Deméter


    Fecha: 17/07/2019, Categorías: Incesto Autor: HANK, Fuente: CuentoRelatos

    La primera vez que visité a Regina estaba muy nervioso, un amigo mío me la había recomendado;
    
    -Amigo tienes que ir a verla, de verdad, esa mina cambió mi mundo, me sacó toda la mierda que andaba trayendo conmigo, me liberó de tantas cosas. Viejo ve a verla, en verdad te hará bien.
    
    Hablaba de ella como si fueraDeepack Chopra,Carla Bruni,Osho,Carl Jung, y la jodidaO.M.S. todo junto, personificado en unaescort que por la módica suma de 100.000 pesos podía liberarte de todos tus males.
    
    La verdad estaba bastante escéptico al respecto, pero también sabía que parte de ese escepticismo derivaba del miedo y la inseguridad insoportables que me aquejaban y que me impedían acercarme a cualquier persona del sexo opuesto e intentar entablar ningún tipo de conversación sostenible.
    
    Cuando abrió la puerta estaba a punto de darme la vuelta y salir de allí, me sentía absolutamente estúpido. “En qué carajo estuve pensando al ir allá, otro polvo fallido con una puta no iba a cambiar mi realidad cotidiana, algo saldría mal, como siempre, me pondría nervioso, no podría hacerlo y acabaría aún más frustrado y patético y con 100.000 pesos menos en el bolsillo...”
    
    Me sonrió muy normal y me invitó a pasar, ya no había vuelta atrás.
    
    Vestía una bata blanca, su pelo era moreno y largo, algo enredado.
    
    Yo ingresé al departamento. Me dio un beso en la mejilla, se giró mirándome de reojo y caminó por el pasillo.
    
    Yo me quedé allí de pie como un idiota sintiendo el cosquilleo de una gota ...
    ... de sudor resbalar desde mi frente hacia la cara.
    
    Entonces se volvió...
    
    -Yapo, ven para acá no te quedes ahí plantado, voy a tratarte tan bien como mereces corazón.
    
    Volvió, me tomó de la mano y me llevó hasta la habitación, era un espacio grande pero oscuro, iluminado por velas.
    
    - ¿Quieres tomar algo? ¿Bebida, una cerveza... agua? ¿No??
    
    - No gracias- balbuceé
    
    Mi garganta estaba seca en realidad.
    
    -Hace calor allá afuera parece, mira cómo estas sudando. Ven vamos a darte una ducha.
    
    Entra al baño y sacate la ropita mi amor, ahora voy yo a ayudarte.
    
    Obedecí sin rechistar, al entrar al baño y mirarme en el espejo me di cuenta que mi camisa estaba empapada. Una aureola amarillenta se dibujaba bajo cada axila, me sentía tan avergonzado...
    
    Antes de salir de casa me había puesto esa camisa blanca nueva, me había afeitado y puesto casi un bote de antitranspirante y colonia, aun así, no había funcionado y una fuerte mezcla de aromas inconcebibles emanaba de mi cuerpo. No había arreglo posible para esta masa supurante de carne, estar allí era como meter a un hipopótamo a correr en un hipódromo...
    
    Arrugué la camisa y la enrollé en los pantalones, y entonces me di cuenta de que la plata estaba en el bolsillo del pantalón y que seguramente me pediría que le pagara antes de comenzar y que sería mejor sacarlo ahora del bolsillo para no complicar las cosas más tarde. Desenrollé el pantalón y fui a sacar la billetera del bolsillo, pero el cierre se trabó con la ...
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