1. Deméter


    Fecha: 17/07/2019, Categorías: Incesto Autor: HANK, Fuente: CuentoRelatos

    ... años en las pistas que intentó transmitirme sin éxito. Algún tiempo atrás comenzamos a salir, le acompañé a algunos clubes y otros lares del circuito, pero nunca resultaba para mí. Regina fue su último intento.
    
    El concierto con los cabros comenzó siendo un desastre. Apenas teníamos espacio. Comenzábamos 2hs tarde viendo pasar un desfile de grupos que sonaban increíblemente mal. La calidad del sonido era pésima, todo se acoplaba. La batería que tenían en el local se caía a pedazos. Una mezcla de vergüenza propia y ajena se apoderó de mí. Qué demonios estaba haciendo allí. Intenté no pensar. Seguí tomando cerveza, pero no ayudaba. Fui al baño y me encerré por un momento. Me miré en el espejo (lo que quedaba de él). Aún estaba guatón, comenzaba a perder pelo, la camisa abotonada por dentro del pantalón... era evidente que estaba fuera de lugar, pero allá estaba.
    
    Me enjuagué las manos y me lavé la cara. Deja los pensamientos. “Poco te importó el concierto del otro día con Regina jajaja, no te veían entonces y ahora tampoco te verán”. No más pensamientos. Acción. Metí la cabeza bajo la llave. El agua fría empapaba todo mi pelo y me corría por las sienes y al incorporarme chorreaba por el pecho y por la espalda, me saqué la camisa de los pantalones y la desabroché. Salí del baño, crucé la barra del bar, le quité al Keko los lentes de sol “si no los veo, ellos tampoco a mi” agarré una cerveza y me dirigí a la batería que acababa de quedar libre.
    
    -Hey, mis lentes! ¡todavía ...
    ... no nos toca!!
    
    -Estoy chato de esperar, ¡no me cabe más chela en la guata! Además, estos giles ni se enteran del orden en que están tocando. ¡Démosle! ¡Ahora!
    
    Cuatro horas más tarde figuraba atracando con una chiquilla que no debía tener más de 20 y que me venía buscando desde después del concierto.
    
    Había más gente rondando por allá, pero nos ganamos un sofá oscuro y comenzamos a darle.
    
    Era el momento de reclamar mi ración. Debía cobrarme 20 años de rechazo con efecto retroactivo.
    
    Estabaon fire, una semana de abstinencia había hecho mella. La besé en el cuello y en los hombros, chupé con alborozo aquellos púberes pezones piramidales y esa flor pequeña, casi escuálida. Introduje mis dedos, primero uno y luego el otro, despacio, los arqueé hacia arriba y la vi retorcerse de placer.
    
    - ¡Ay, si! ¡Qué locuraaaaa!! -gritó
    
    Temí correrme antes de empezar. Apliqué condón. No era bueno con eso, primero lo puse al revés y no se deslizaba, luego le di la vuelta y se formó un globo de aire. Al final lo conseguí y con paciencia y saliva, el elefante se la metió a la hormiga. Tuve que bajar las revoluciones y hacerlo con cuidado, cada cierto tiempo ella me echaba para atrás con las manos y tenía que comenzar de nuevo más despacio. Poco a poco fui ganando el ritmo y ella se relajó. Pero entonces comencé a escuchar un chiflido, me resultaba familiar, chiiii chiiii chiiii. No podía ser. “¿¿Acaso no podré mantener una maldita relación sexual normal??” Comencé a dar manotazos a ...
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