1. Sexo en la vieja hidroeléctrica – 1 − Septiembre


    Fecha: 21/07/2019, Categorías: Incesto Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos

    Una cantina de un pequeño pueblo donde unos cuantos hombres de campo juegan a cartas y otros entretenimientos de mesa mientras charlan de asuntos de trabajo o de la localidad.
    
    Sentados en mesa aparte, un hombre con uniforme de policía del Cuerpo Rural y otro vestido de civil, dialogan mientras juegan al dominó.
    
    -Ha vuelto a perder.
    
    El uniformado sonríe con satisfacción.
    
    -Ya veo.
    
    -¿No se cansa de que le derrote una y otra vez?
    
    -Sí, desde luego. Nunca he tenido buen perder.
    
    -Lo disimula muy bien. ¿Qué más cosas disimula?
    
    -Mi carácter violento.
    
    -¿Usted carácter violento?
    
    -Le aseguro que hay días que las ganas de asesinar a alguien me superan.
    
    El policía le mira con rostro serio y habla a la vez que coloca las fichas bocabajo para una nueva partida:
    
    -Yo he matado. Naturalmente que a causa del deber. Fue durante una intervención por un atraco.
    
    -No parece lamentarlo.
    
    -Cumplí con mi deber. Pero después de aquello busqué un destino más tranquilo. Por eso estoy aquí, en este pequeño pueblo donde casi nunca pasa nada. Lo más destacado del último año ha sido su llegada para ocuparse del papeleo del ayuntamiento. Y tengo que decirle que la gente está encantada con su labor.
    
    -Gracias.
    
    -No las merecen. ¿Pero qué hace un hombre como usted en este lugar? Y no me diga que no encontró otro trabajo.
    
    -Me dijeron que aquí disfrutaría de tanto sexo como quisiera- contesta el administrativo sin pestañear.
    
    -¿En esta pequeña aldea plagada de ...
    ... beaterío?
    
    -Me informaron mal.
    
    -Me gusta su sentido del humor. Pero volviendo a la realidad... este pueblo no es el mejor lugar para un hombre como usted.
    
    -¿Como yo?
    
    -Sus ojos le delatan.
    
    -¿Puede explicarse?
    
    -Le gustan los hombres. No me lo niegue. No sea tan torpe.
    
    La sudoración del administrativo se ha disparado.
    
    -¿Me va a detener por ello?
    
    -Iría contra la ley. Usted puede meterse en la cama con quien quiera, siempre que no sea un menor. Pero los menores, con usted, están a salvo.
    
    -Y yo que pensaba que jugaba conmigo porque le divertía apabullarme con su juego hábil. Y ahora resulta que me estudiaba.
    
    -¿Decepcionado?
    
    -Fue bonito mientras duró.
    
    El uniformado, seguro del terreno que pisa, trata de relajar la situación:
    
    -Tengo intención de seguir jugando con usted. Si quiere, naturalmente.
    
    El trabajador del ayuntamiento se balancea hacia atrás en la silla pensando una respuesta.
    
    -Le confesaré que yo también buscaba otra cosa jugando con usted.
    
    -Le escucho.
    
    -Por las noches recreo estos momentos y me masturbo pensando en su cuerpo.
    
    El agente clava su mirada sobre el rival de partida y contrae la quijada.
    
    -Su esposa -sigue el empleado con impertinencia- tiene suerte de tenerle de compañero de cama.
    
    -Creo que ella tiene otra opinión. Ya sabe, el tiempo todo lo mata.
    
    -Veo que no se toma a mal mi comentario. Otro se hubiera levantado y me hubiera partido la crisma.
    
    -¿Otra partida?
    
    -Si es para charlar...
    
    Me apetece ...
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