1. El placer de lo desconocido


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: cliksexy, Fuente: RelatosEróticos

    ... la sala y lógicamente teníamos donde elegir y elegimos la zona más o menos superior, en el centro de una fila.
    
    Al sentarnos, nos quitamos el chaleco y chaqueta respectivamente y los dejamos en la butaca libre de al lado. Tomé del brazo a mi mujer, la giré levemente y comencé a besarla en la boca, para despues pasar al cuello, a la oreja, mientras con mi mano exploraba la situación de sus tetas. Primero sobre la camisa, luego abriendo los botones y en ese momento es cuando descubrí la ropa interior que llevaba puesta. Bueno, descubrí solo una parte el resto me lo imaginé. En la parte de arriba llevaba un corsé negro con finas rayas blancas de estilo diplomático, con un ribete blanco en la corona de sus pechos. Es un corsé que le está como tiene que estarle, justo, lo cual hace que sus tremendas tetas se realcen voluptuosamente, intentando salir. Le hace un escote realmente de impresión. El resto ya pude imaginármelo. A juego un diminuto tanga del mismo estilo que el corsé, pero no que puede abarcar su tremendo coño, por lo que una pequeña parte del hilo se introduce en su raja, desapareciendo entre sus labios. El corsé incorpora un liguero que terminaban en unión con unas medias de rejilla negras. Y de remate los tacones de aguja. Cuando tiene este conjunto puesto no puedo evitar pensar que es una auténtica puta de lujo, con un estilo impecable.
    
    Ella paso sus manos por mi nuca mientras me devolvía apasionadamente los besos, metiéndonos la lengua y jugando con nuestros ...
    ... jugos. Vimos que alguien entraba en la sala, así que disimuladamente volvimos a colocarnos apropiadamente en nuestros sillones. Sin embargo, vi que mi mujer no se cerró la camisa. Al fin y al cabo, el corsé negro en una sala de cine oscuro tampoco se notaba mucho. Además, se acomodó en la silla de manera que pudo subir su falda hasta justo antes de ofrecerme la visión de su tanga, pero con la panorámica perfecta de las medias de rejilla negra prendidas del liguero negro del corsé. Yo seguía con una erección tremenda, mi polla reventaba dentro del pantalón.
    
    -” Que mala eres”- le susurre al oido mientras metía su lóbulo en mi boca y lo chupaba.
    
    -”No hago nada que no te guste o al menos eso parece”- me contestó ella mientras sobaba mi paquete por encima del pantalón.
    
    Puse mis manos en sus muslos y comenzcé a acariciarlos con firmeza, primero en todo el largo de su pierna, luego por la cara interna, rozando intencionadamente con los nudillos el tanga, que ya desprendía un calor demasiado agradable. Ella abrió las piernas todo lo que el ancho de la butaca le permitiá y se giró lo que pudo disimuladamente, para recostarse en mí. Estaba claro que quería ponerse cómoda y disfrutar y los deseos de mi mujer son órdenes para mí, así que comencé a pasar mi mano por su coño, por encima de la tela del tanga que apenas podía ocultar toda la dimensión que estaba alcanzando su coño debido a la excitación. Despues de unas cuantas pasadas, cuando ya la tela estaba empapada, metí mi mano ...
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