Alameda, Nº12, 2ºD (Las Aventuras de Sil II) - Relatos Eróticos

Alameda, Nº12, 2ºD (Las Aventuras de Sil II)

Así pues, me había plantado en una ciudad en la que nadie me conocía para hacer realidad una fantasía exhibicionista con final abierto.Iba a tener que hacer un buen rato de joven estudiante inocente en busca de piso para el próximo curso. Para meterme en el papel hasta me puse unas gafas sin graduación que había adquirido hace un año para un disfraz. La excitación y los nervios me daban alas pero aún así esperaba no perder toda la tarde dando vueltas por la ciudad.Había hecho los deberes. En las inmediaciones de la calle Alameda había muchos pisos para estudiantes puestos en alquiler por inmobiliarias cercanas.En mi primera parada sólo atendían mujeres, así que me tocó hacerme la desinteresada en su catálogo. Tras esto, me aseguré de mirar entre las ofertas destacadas en los escaparates para cerciorarme de que hubiese trabajadores masculinos.En la segunda inmobiliaria cobraban por enseñar los pisos, así que tocó hacer mutis por el foro, pero a la tercera intentona la cosa se puso más interesante. En esta oficina (supuestamente fundada por unos hermanos) había varios agentes de chaqueta y corbata (detalle que no creía que me fuese a interesar, pero puesta en situación me hacía gracia y parecía más excitante) que parecían tener entre 20 y 60 años. Al entrar fui abordada por uno de los jóvenes (en su tarjeta ponía Jaime P.) que amablemente me mostró las ofertas que tenían lamentando que la mayoría fuesen para más de 3 estudiantes (tenía que haberme trabajado más el guión...). ...

... Jaime era guapete y ya comenzaba a fantasear sobre cómo sería su expresión al verme en cueros... Tuve que cruzar las piernas apartando mi silla de su mesa para aplacar la incipiente humedad por unos minutos...Finalmente la suerte parecía echada.- Pues este piso está en la Alameda y es para dos estudiantes. Nos han insistido en que sean chicas pero puede que sea un poco caro de más. Aún así, si te interesa seguro que podemos negociar con la propietaria.- Me guiñó un ojo con complicidad. La verdad es que lo pillé en un par de renuncios, mientras me enseñaba el catálogo, en los que aprecié claramente cómo me miraba con interés más que profesional.- Si no es m*****ia que nos acerquemos ahora...- No, no. En absoluto. Es nuestro trabajo. Espera que voy a por las llaves, y a ver si están las de otros dos pisos próximos.Desapareció en otra habitación durante un par de minutos para volver con expresión dubitativa.- Perdona, algún compañero ha debido de ir a enseñarlos y...- ¿Estás buscando las llaves de los de la Alameda?- Se acercó un hombre más mayor al oírnos.- Deja, las tengo yo, que me tocaba ir a enseñar pisos por la zona a primera hora de la tarde pero me dieron plantón. Ya me acerco yo.- Comentó sin dirigirme la mirada ni una sola vez.En la cara de Jaime se dibujó una expresión de decepción y enfurruñamiento pero se le pasó rápidamente. - Vaya. Pues aquí el compañero Andrés le acerca a ver los pisos en un segundo, Silvia. Encantado de haberla atendido.Andrés debía de estar bien ...